Ran una vez perdió a Rindou entre la gente, Souya lo encontró y este lo cuido, cuando Ran lo encontró se lo quiso llevar pero Rindou ni quería, quería quedarse con ese chico azulito.
—¡No quiero, no quiero!—Lloraba fuerte, se sujetaba con fuerza a las ropas del gemelo Kawata menor, no quería irse.
—¡Rindou Haitani, tenemos que irnos ya!—El adolescente de las trenzas rubias jaloneaba a su hermanito menor, este aún seguía llorando.
—¡No quiero, quiero ir con el, quítate pellofilo, fefolilo, pedófilo!—El era aún pequeño, le costaba un poco hablar.
Carajo.
Sou se tuvo que quedar a dormir en la casa de los Haitani, nada por qué el niño Rin no lo quería soltar jamás.