quince

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|| Fiebre amarilla

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|| Fiebre amarilla. Parte I


Desde el instante en que su mujer salió de la habitación tres horas atrás, Dean sintió la boca reseca, rasposa, como si hubiese tragado tierra, haciéndole toser de forma inevitable cada cierto tiempo. Por enésima o centésima ocasión tosió un poco, luego tragó tanta saliva como le fue posible ante la sensación de irritación que cada vez era más incómoda y continuó con su lectura.

Sam había olvidado algunos de sus libros en la cajuela del Impala y Grace le pidió que les echara un ojo, por si acaso en alguno había información acerca del mal-fantasmal que pudiera serles de ayuda. Casualmente, uno de los libros tenía un par de páginas dedicadas al tema, aunque muy bien detalladas, y él intentaba no sugestionarse mucho más con los datos ahí impresos. No obstante, por más que se saltaba párrafos enteros para no leer las horribles cosas que le sucederían si no lograban curarlo, las explícitas imágenes eran mucho más difíciles de ignorar.

Con el corazón agitado y una gota de sudor recorriéndole la espina dorsal, volvió a mirar el reloj colgando en la pared delante suyo, demasiado consciente del tic-tac de las manecillas. Grace tenía casi tres horas y media de haberse ido. Prometió no tardar más de una hora, así que la angustia se hizo lugar en su pecho. Si ella no cruzaba esa puerta en los próximos diez minutos minutos, saldría a buscarla.

Se pasó una sudorosa mano por la cara antes de regresar la mirada al libro, decidido a intentar encontrar alguna oración que hablara sobre una inminente, terrible muerte. Sin embargo, apenas encontró el párrafo en el que se había quedado, un par de palabras se distorsionaron hasta convertirse en otras completamente diferentes.

Estás muriendo...

Dos líneas más abajo, pasó lo mismo.

De nuevo.

Y otra vez al final del párrafo. Solo que allí toda una oración fue reemplazada.

¿Qué clase de hombre deja viuda a su esposa dos veces?

ʜᴏʟʏ ɢʀᴀᴄᴇ - ᴠᴏʟ. ɪɪ | sᴜᴘᴇʀɴᴀᴛᴜʀᴀʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora