diecinueve

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|| Sueño adolescente

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|| Sueño adolescente.



Cuando uno de los tantos teléfonos fijos que Bobby tenía en la cocina había timbrado, Sam no dudó en atender la llamada. Se trataba de una mujer llamada Annie que necesitaba la ayuda del viejo cascarrabias, pero al escuchar que él no se encontraba en casa porque había salido a un viaje de pesca, decidió cortar sin decir nada más. Sam pensó en llamarla de vuelta para asegurarle que él mismo podía ayudarla, pero si la mujer en verdad necesitaba algo de asistencia, seguro que volvería a llamar.

Luego de eso, pasó casi dos horas frente al televisor cambiando de canal en busca de algo que no fuera una maratón de películas de terror, pues Halloween estaba ya a la vuelta de la esquina y en casi todos los canales estaban transmitiendo algo de esa índole. Al cabo de un rato, cuando finalmente se cansó de ver el noticiero (lo único que encontró vagamente interesante), apagó el televisor y se fue a dormir.

A la mañana siguiente, después de tomar una ducha se le ocurrió llamar a la puerta del dormitorio de su hermano y cuñada, pero cuando nadie contestó decidió bajar a la cocina para asomarse por la ventana. Le extrañó no ver el Impala e inclusive, por un breve segundo se preocupó por ellos, aunque no tardó en recordar que las últimas dos noches habían estado escapándose para estar a solas, así que probablemente después de su cena debieron haber ido a un lugar donde nadie los molestara. Quizás ni siquiera existió dicha cena. Fuera como fuese, Sam asumió que los vería más tarde y procedió a prepararse el desayuno.

Alrededor del mediodía, tomó su laptop y busco en la red algo interesante, algo que gritara a los cuatro vientos que había un caso por resolver, pero al no tener suerte tomó uno de los tantos libros de Bobby y se puso a leer. En algún momento de su lectura debió quedarse dormido, pues abrió los ojos de golpe al oír la insistencia de un teléfono sonando y al contestar, escuchó la misma voz de la noche anterior.

¿Ya regresó Bobby? —inquirió con seriedad Annie.

—No, pero yo puedo... —Ella colgó al instante.

Sam miró el auricular con un deje de molestia por no tener siquiera la oportunidad de ofrecer su ayuda, luego, en medio de un suspiro, lo regresó a su lugar. Al darse la vuelta para regresar al estudio, sus ojos hazel se toparon con el reloj que colgaba de la pared. Las manecillas marcaban las cuatro en punto de la tarde, de modo que su siesta duró mínimo dos horas; los dígitos en su reloj de muñeca y en su teléfono celular lo confirmaron. Puso atención a su entorno, sin notar nada fuera de lugar ni tampoco algún ruido que indicara que su hermano y cuñada hubiesen regresado ya, así que fue a asomarse por la ventana de la cocina otra vez, confirmando que seguía sin haber señales del Impala.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2023 ⏰

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ʜᴏʟʏ ɢʀᴀᴄᴇ - ᴠᴏʟ. ɪɪ | sᴜᴘᴇʀɴᴀᴛᴜʀᴀʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora