17. Bloodlines

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Los líderes de los clanes partieron de Yunmeng Jiang bastante satisfechos. Los hijos de las nobles familias pronto tendrían una oportunidad de probar su verdadero valor. No había secta que en ese momento no deseara destacarse y muchas ambicionaban ser las nuevas sectas líderes del Jianghu. Algunos incluso creían que el tiempo de la secta Nie y de la secta Jin ya había llegado a su fin. Nie Huaisang no tenía herederos y era un auténtico inútil ante los ojos de los otros líderes. Quizá solo Wei Wuxian era el único que se daba cuenta de lo equivocados que estaban todos, pues Huaisang siempre tenía un as bajo las anchas mangas. Por otro lado, el resentimiento hacia la secta Jin era más que obvio, pues muchos se sentían traicionados e incluso habían pedido repartir los territorios de esa secta entre otras que resultaron afectadas por el abuso de poder de Jin Guangshang y, posteriormente, también de Jin Guangyao. Si Jiang Cheng y Wei Wuxian no se hubieran convertido en los principales protectores de Jin Ling, seguramente ya habrían atentado con más severidad contra su vida. A pesar de que parecían estar viviendo un tiempo de relativa paz después de la muerte de Jin Guangyao, esa paz pendía siempre de un hilo cuando los intereses de tantas sectas se anteponían.

Lan Qiren tuvo un acierto involuntario al proponer que los hijos de las familias más nobles se reunieran en Gusu Lan. Mientras todos esos jóvenes estuvieran en un mismo lugar, sus familias no entrarían en confrontación y esperarían al momento del torneo para definir sus alianzas y sus posturas. Después de todo, para hacer una alianza, los viejos líderes de las sectas querían saber qué tan talentosos eran los jóvenes que heredarían el destino del Jianghu. Entre ellos, llamó profundamente la atención la formación y talento de los jóvenes de Gusu Lan, así que esta secta seguía siendo vigente a pesar de su antigüedad. En el caso de la secta Jiang, muchos estimaban a Jiang Wanyin, pero al mismo tiempo lo trataban con cuidado debido a sus cambios de ánimo. Lo habían cuestionado por mucho tiempo por no casarse y tener descendencia, pero el rumor más reciente decía todo lo contrario. Después de todo, Jiang Wanyin había tenido descendencia y estaba listo para presentar a sus hijos para ser educados en Gusu Lan, junto a los hijos e hijas de los líderes de las otras sectas.

— ¡No irán! Es mi última palabra...— dijo Jiang Cheng mientras golpeaba con el puño sobre la mesa.

Wei Wuxian lo miraba sumamente divertido. Por suerte estaban ambos a solas, así que podía tolerar los arranques de Jiang Cheng por largas horas.

— ¿En serio?, pero si les acaban de decir quién es su padre. ¿No crees que ellos quieren conocer Gusu Lan?

Jiang Cheng miró con ferocidad a Wei Wuxian, pero no pudo responder, en lugar de eso se limitó a morder con fuerza su labio inferior.

Solo habían pasado dos noches desde que él, Lan Xichen y los gemelos se habían reunido en el salón del loto. Jiang Cheng les dio la noticia intentando controlar su nerviosismo e intentó explicar la situación de la mejor forma sin entrar a detalles innecesarios: "Su padre y yo los concebimos cuando la situación de nuestras sectas no era estable...así que por su bien..."

Jiang Xiang había roto en llanto mientras escuchaba a su padre y miraba con emoción a Lan Xichen. Jiang Zhaoyu, en cambio, conservaba una calma aterradora y un rostro que no demostraba ninguna emoción.

Lan Xichen no mencionó el hecho de que no sabía de la existencia de ellos. En un acto que sorprendió a Jiang Cheng, Lan Xichen se arrodilló frente a sus hijos e hizo una reverencia para pedirles perdón por no haber estado con ellos durante su niñez y parte de su adolescencia. Jiang Xiang corrió a abrazarlo, Jiang Zhaoyu se puso de pie y les hizo una reverencia a sus dos padres antes de retirarse en silencio. No demostró estar molesto ni emocionado, pero a partir del siguiente día se dirigió a Lan Xichen con el denominativo de "padre" cada vez que se lo cruzaba por algún pasillo o en las horas de comer. Jiang Xiang, que demostraba sus emociones tanto como Jiang Cheng en su juventud, tuvo los mismos cambios de humor que su padre: pasaba de la ira a la alegría en segundos y por momentos le reclamaba cosas a Lan Xichen y a Jiang Cheng, pero por otros se lanzaba a sus brazos y les pedía que nunca volvieran a separarse.

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