12. Conference

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Wen Qing observó a lo lejos y aunque era de noche podía notar las dos siluetas cerca del muelle. Se quedaron allí por largas horas hasta que después de la media noche uno de ellos se puso de pie y caminó solo hasta perderse en los pasillos de Yunmeng Jiang. Wen Qing supuso que esa persona era Jiang Cheng, mientras que el otro, quien aún seguía en el muelle, era Wei Wuxian. Para ella significaba mucho verlo allí y no se atrevía a correr hacia él por temor a que desapareciera. Todavía recordaba lo doloroso que había sido enterarse de su muerte...¿realmente era él?

Después de considerarlo varias veces, Wen Qing finalmente se armó de valor y caminó por el muelle hasta estar cerca del pelinegro. Él estaba de espaldas, contemplando la vista mientras jugaba con un proyecto de flauta que aún no había terminado de tallar. Los lotos que flotaban en el agua despedían un aroma que perfumaba todo el muelle y Wei Wuxian sintió, por primera vez desde que había revivido, melancolía por los años en los que vivió allí.

— Jiang Cheng y yo aprendimos a nadar en este lugar — dijo sin volver la mirada a la joven. En el agua apenas podía verse una sombra, que era el reflejo de la silueta de Wen Qing. Él también tenía miedo de voltear y que ella desapareciera, como en el pasado.

— ¿Todavía crees que puedas llenar los túmulos con tantos lotos como éstos? — preguntó ella con una sonrisa y finalmente se sentó al lado de Wei Wuxian, en el mismo lugar en el que Jiang Cheng había estado hace un rato.

Wei Wuxian rió y negó con la cabeza — Nunca menosprecies el poder del Patriarca de Yiling, podría hacer que un río entero cruzara por los túmulos funerarios — afirmó volteando finalmente a verla.

Ambos habían cambiado. El rostro de Wen Qing seguía siendo hermoso, pero denotaba a una mujer mucho más fuerte, ya no a la joven que se entregaba a un cruel destino. Wei Wuxian tenía un rostro semejante al de su primer cuerpo, pero su complexión física no era la misma. Al lado de Wen Qing y Jiang Cheng, este Wei Wuxian se veía un poco más joven.

— Wen Qing — dijo él sonriendo — Es un alivio que estés viva.

Ella asintió y sus enormes ojos se llenaron de lágrimas, no pudo contenerse por más tiempo y abrazó a Wei Wuxian — ¡Es un alivio que tú lo estés! — dijo entre sollozos.

Wei Wuxian agradeció que su esposo no estuviera ahí en ese momento o sería un poco incómodo para él, pues después de haber sido marcado por Lan Wangji, éste era mucho más territorial.

— Wen Qing, han sucedido muchas cosas. He estado muerto por más de una década y tú...has ayudado a Jiang Cheng. Todavía recuerdo su súplica para que regresara con él aquella vez que fue a verme a los túmulos...— suspiró profundamente — pero eso significaría que les diera la espalda a ustedes.

— Wei Wuxian, no sirve de nada recordar el doloroso pasado.

— ¿Tú crees? — dijo él con la mirada perdida sobre el agua — La vida ha resultado ser toda una ironía. Terminaste ocupando mi lugar al lado de Jiang Cheng y ahora sabes todos sus secretos, como una vez supiste los míos.

Wen Qing bajó la mirada — Le debo mucho a Jiang Cheng, pero nunca podrá ser tanto como lo que te debo a ti...lo que te debemos — dijo haciendo referencia a ella y a su hermano. Ella ya estaba al corriente de lo sucedido en los últimos días y Jiang Cheng le había contado cómo Wei Wuxian había liberado a Wen Ning de ser un títere más de Xue Yang y Jin Guangyao.

— Tu gratitud siempre ha ido más allá de tus palabras — dijo Wei Wuxian volviendo la vista a ella de nuevo, pero esta vez la miraba fijamente y con cautela — La última vez que nos vimos te sacrificaste para salvarme y estoy seguro que también ayudaste a Jiang Cheng para ocultar su secreto.

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