Secrets

19. Playing hero

Jiang Cheng no tardó en enterarse de las noticias y partió de inmediato al Receso de las Nubes. Cuando llegó con su comitiva, todos se encontraban en vigilia, pues los maestros principales del clan habían pasado días encerrados en el salón en el que se encontraba el cuerpo de Lan Sizhui. Después de muchos esfuerzos, lograron estabilizar la condición del joven, pero él aún no recuperaba el conocimiento.

— Lamento mucho lo que sucedió — le dijo Lan Qiren a Jiang Cheng mientras tomaban té en la sala principal.

Lo primero que Jiang Cheng hizo fue buscar a sus hijos para ver su estado y sus heridas. Su hija, por fortuna, solo se encontraba asustada. Jiang Zhaoyu estaba herido, pero sanaría con los cuidados necesarios y el loto iba a procurar que los recibiera en su propia secta.

— Mañana partiremos de regreso a Lotus Prier — afirmó Jiang Cheng.

Lan Qiren se removió en su asiento notablemente incómodo — Jiang Wanyin, recuerda que ustedes también participaron en varias caserias nocturnas cuando eran más jóvenes...

— Maestro Lan, agradezco que les abriera las puertas de su secta a mis hijos y que ellos pudieran asistir al curso. No creo que tengan más responsabilidades con las que cumplir, así que los llevaré a casa conmigo.

Lan Qiren intentaba refutar a Jiang Cheng, pero sabía que el loto era obstinado y que lo peor que podía hacer era oponerse directamente a sus decisiones.

— Al menos quédense un par de días más hasta que Zhaoyu pueda viajar en mejor estado — pidió el anciano antes de tomar un sorbo de té.

Jiang Cheng odiaba cuando los Lan jugaban la carta de la hospitalidad, pues no podía negarse a ella por simple protocolo. Terminó asintiendo y luego se retiró a las habitaciones que le habían otorgado. Por suerte no había visto a Lan Xichen desde su llegada y esperaba irse antes de que el primer jade saliera de la vigilia. No había respondido a ninguna de las cartas del Lan y no estaba listo para darle una respuesta o considerar, siquiera, la posibilidad de lo que el jade le prometía.

— ¿Cuándo volveremos a casa? — preguntó Jiang Xiang mientras su cabeza estaba recostada en el regazo de Jiang Cheng.

La joven se sintió mucho más tranquila tras la llegada de su padre. No quería despegarse de él y necesitaba con urgencia salir de ese lugar y volver a su cálido hogar.

— Tu tío abuelo me ha pedido que nos quedemos un par de días más por el bien de Zhaoyu, así que le daremos esa satisfacción antes de marcharnos — explicó Jiang Cheng mientras acariciaba la pequeña cabeza de su hija.

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Zhaoyu estaba recostado en su propia habitación, pero su mente trabajaba sin descanso. A pesar de que tenía los ojos cerrados, sintió cuando una sombra irrumpió por la ventana. Sonrió levemente.

— ¿No es tu padre uno de los más refinados cultivadores?, ¿qué opinaría de esos modales?

Nie Mingjin no dijo nada, pero puso los ojos en blanco cuando Zhaoyu mencionó a su "padre".

— ¿Averiguaste cómo puedo entrar? — preguntó el joven Jiang.

— ¿Tiene que ser esta noche? — respondió el otro muchacho con una pregunta.

Jiang Zhaoyu asintió. A pesar de que ambos se encontraban en la oscura habitación, esperaba que su compañero pudiera interpretar su silencio.

Nie Mingjin suspiró cansadamente — Supongo que la llegada de tu padre te ha perturbado.

Jiang Zhaoyu dejó la cama, se acercó al Nie y levantó su mano hasta tocar su mejilla — ¿Estás preocupado? Quién lo diría, yo que te juzgaba como el más insensible de los dos.