Polaris 💫°Larry S° [EN EDICIÓN]

CAPÍTULO 7

Desde que Louis le dijo a Harry sobre el futuro, al otro día Santa lo hizo oficial. Para entonces el elfo de ojos verdes nunca se presentó, ni al otro día, ni al otro. Pasaron las semanas, hasta que Louis se reusó a que su mejor amigo le volviera a dirigir la palabra.

Creo que era mejor así, se evitarían tortuosas despedidas. La espera a que terminará el Invierno no fue muy fácil para Louis, tanto así que un día despertó sabiendo lo que haría con su vida.

- Papá, me iré la próxima semana. Antes de que termine el Invierno, quizá así pueda acostumbrarme al calor de la ciudad.

A Santa no le sorprendió, estaban juntos en su cocina desayunando. Se quitó los lentes e hizo a un lado unas notas que tenía.

- Si es tu decisión pequeño Louis la aceptare. Solo no quiero que te precipites por lo que estés sintiendo en estos momentos.

- No papá, es mi decisión final.

- ¿Esto no es por Harry?

Al escuchar su nombre sintió como el desayuno se le subía a la garganta y se le atoraba con ese nudo que tenía desde el baile de Invierno. No podía mostrarse débil frente a su padre, no lo usaría como una excusa para quedarse. Porque era verdad.

No pertenecía aquí. Ahora con más fuerza deseaba irse de ahí lo antes posible.

- Eso aún no está arreglado, pero no influye en mis decisiones.

- Esta bien, entonces se anunciará hoy para que todos preparen tus cosas.

- ¿Cosas?

- Ya lo veras.

Con una sonrisa cálida le dio un beso en la frente y se marchó. Louis no sabría si Harry estaría ahí, pero podía apostar a que no, como las veces anteriores.

***

En el primer anuncio oficial, Steffi se dedicó a prepararle su nueva ropa que se llevaría a su próxima aventura. Louis no sabía si llevarse algunas cosas que ha obtenido con el paso del tiempo, como los libros que recibió desde pequeño, entre otras cosas de humanos.

Al echarle un vistazo a su mueble, observó el regalo envuelto de Harry, nunca se lo dio. Quizá sea buena idea entregárselo antes de irse, pero como siempre, lo evitará y mejor no darle nada para no ser rechazado.

***

Para la noche, Louis decidió vestirse informal, no sería algo muy grande, es una simple cena. Estaba en la mesa de su padre como siempre, entre sus manos tenía un par de canicas color negro con una cuerda que las unía, podía entretenerse con eso.

Por otro lado, todos los elfos estaban felices por Louis, ya que comenzaría una nueva aventura, tenían unos regalos preparados que ansiaban mostrar.

Mientras que Harry otra vez se encontraba afuera del recinto, no quería entrar y encontrarse con esos ojos azules que lastimó noches atrás. Pero fue necesario.

Cuando Santa empezó con su discurso de la vida y esas cosas, todos estaban muy atentos, nadie presto atención cuando Harry se escabullo hasta una de las esquinas del lugar, observando de lejos a Louis, quien tenía la mirada perdida.

No buscaba a nadie, pero Harry deseaba que así fuera, deseaba que Louis estuviera buscando su mirada.

- Por favor mis queridos elfos, un aplauso para mi hijo que se convertirá en hombre y buscará su camino en este mundo.

Aplausos y gritos se escucharon por todos lados. Cada departamento del taller pasaron a ofrecerle sus presentes a Louis, Harry bajo la mano a su bolsillo de su chamarra y acarició la delgada tela.

Estaba claro que Harry no pasaría a ver a Louis, pero solo quería grabarse su cara, sus expresiones, una última vez.

Louis recibió esa noche muchas cosas que no logro ver. Todos y cada uno de los departamentos del taller le dieron algo, por ejemplo, los elfos más viejos, le obsequiaron una motocicleta que la tendría después de su viaje en tren.

También recibió un pequeño departamento en la ciudad de parte de todas las elfos. Muchos de ellos se tomaron el tiempo de investigar y proporcionarle información a Louis para su nueva vida.

Cuando Harry empezó a sentirse mal salió del recinto, no quería que nadie lo viera en ese estado. Estaba camino a su casa cuando se topó con la estatua de un reno en la plaza, solo tenía que seguir caminando calle abajo, sin evitarlo doblo a la derecha y se dirigió a la casa de Louis. Claro que él seguiría en la cena, y ojalá que fuera así.

A un costado de la casa de Louis había una mata de hierba, que se tejía en una cerca pegada a la casa. Así que Harry se dispuso a trepar por esa parte, sabía que Louis siempre dejaba abierto su balcón, ya que le gustaba frio su cuarto para después dormir con cientos de cobijas encima.

Al entrar había completo silencio, Louis no estaba. Observó como la mayoría de sus cosas ya estaba dentro de maletas. Se preguntaba Harry, ¿Qué es lo que Santa hará con todo lo demás? Si Louis no podrá regresar, ¿a dónde irán sus cosas?

Casi todas las cosas de su librero estaban donde siempre, a excepción de las fotos, quizá ya estaban en alguna maleta. Busco hasta encontrar el marco color cerceta, el marco de ellos. Estaba vacío. Louis se llevaría la primera foto de ellos dos cuando eran pequeños.

Movió un poco los marcos de fotos hasta hallar el azul capri brilloso, era una foto de Harry. Sintió una opresión en el pecho. ¿Louis quería olvidar a Harry? Quizá pueda vivir con eso él, lo merece.

Se espantó al escuchar la puerta principal ser abierta y voces hablando. Era Steffi con Louis. Rápidamente se levantó de la cama y sacó de su bolsillo el presente para Louis, escogió aleatoriamente una maleta y la abrió, metió su mano. Para cuando la estaba cerrando se escucharon las escaleras.

No quería que Louis lo encontrara ahí, quería evitarle más dolor. Salió por el balcón y sin más saltó, no tenía tiempo de bajar por el costado.

Cuando Louis entro a su habitación, suspiro, a veces las despedidas son agotadoras y sobre todo Steffi que no paraba de hablar sobre cómo sería la nueva vida. Se desvistió, cerro la ventana, y cuando ya estuvo bajo sus cobijas pudo sentir ese leve olor a pino y vainilla.

Por un momento creyó que Harry podría estar ahí, pero la realidad lo golpeó. Harry no estaba ahí, no lo volvería a buscar.