Polaris 💫°Larry S° [EN EDICIÓN]

CAPÍTULO 9

Cuanto estaban por llegar a un pueblo cerca de Glasgow, aún estaba oscuro. Quedaron a unos metros de distancia de la estación, entre los pinos y la poca neblina que había.

Entre los dos en silencio llevaron las maletas a la puerta de abordaje correspondiente. Louis temía abrir la boca y que salieran disparates de querer regresar a casa.

- Bueno, esta es la última.

En total cargaba con cinco maletas, tomaron asiento en una banca esperando a que la estación abriera para poder fichar su boleto. Eran cerca de las 4:30am.

- Papá.

- No pequeño Louis, estamos aquí, sé que podrás.

Tomó las manos de Louis entre las suyas y las apretó dándole ánimos, Santa conocía a la perfección a su hijo, sabía que ese tono no siempre terminaba bien.

- Querido hijo, desde el momento en el que decidí tenerte en mi vida, sabía que no serias para siempre mío, tendrías que volver aquí, con las personas y ser grande. Enorgulléceme como ya lo has hecho allá en casa.

- Pero tengo miedo de no poder hacerlo.

- Lo sé, pero siempre tendrás mi apoyo para todo. Cuando tengas dudas de hacerlo, ¡no lo dudes! ¡hazlo!

Perdido en sus pensamientos estaba debatiendo en decirle a su padre sobre los sentimientos que tiene hacia Harry, un elfo. De no ser por la alarma de que el tren estaba por acercarse lo habría hecho.

- Iré a sellar mi boleto, espérame.

Para cuando regreso, Santa ya había puesto todas sus maletas en el vagón de equipaje.

- Gracias papá, te quiero mucho.

Se abrazaron, a Louis se le encogió el corazón. ¿Qué pasaría después? ¿Qué pasaría con su papá? ¿Qué pasaría con todos en el Polo? ¿Qué pasaría con él a partir de ahora?

- Tranquilo mi pequeño Louis, cuando estes perdido, búscame. Me encontrarás en la estrella, recuérdalo.

Le dio un beso en la frente, Louis para eso ya estaba llorando.

- Te amo mucho papá, gracias por todo. Gracias por impulsarme a esto.

- Serás grande Louis, el mundo te merece. Siéntete orgulloso de tu hogar. Cuídate mucho.

Cuando Louis subió y busco su camerino no estaba preparado. No solo sería cualquier viaje, era el viaje de su vida, y no habría retorno.

Sabía que lo peor no fue aquella noche que él decidió irse y que a pesar de eso Louis se sintió tranquilo; fue hasta la mañana siguiente que espero alguna visita, una carta, un abrazo, pero no llegó, ahí, justo ahí se rompió.