Polaris 💫°Larry S° [EN EDICIÓN]

EXTRA I.

Esto es por ti. Lofram_ ❤💫

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- ¡Papá, papá! ¡El radar marcó un puntito! ¡Ya están aquí!

- Si princesa, avísale a papi que ya vienen.

La pequeña niña enrollada en un gran abrigo corrió hasta el segundo piso del taller para después saltar a las piernas del que ahora era Santa.

- Papi Lou, ya vienen. Aparecieron en el radar.

- ¿Enserio mi amor? Vamos, corre. Hay que recibirlos.

Mía era una pequeña niña que Louis y Harry adoptaron dos años después de su llegada al Polo, ya que ambos querían formar una familia. Fue por lo que regresaron a Leeds. Ella tenía el cabello rubio, unos cachetes regordetes y ojos ámbar.

En el momento en que la vieron quedaron enamorados de ella, los primeros tres meses decidieron quedarse en la ciudad por miedo a que la niña enfermara, pero resultó que era muy fuerte. Querían que ella creciera en ambas partes del mundo, pero Louis ya no podía descuidar el Polo.

A veces tomaban pequeñas vacaciones y salían con Oscar, Alicia y con su pequeño Freddie. También se unían sus vecinos con el gran Erick y su hermana, quienes cuidaron de la pequeña Mía como la niña de sus ojos.

Este año, ambas familias venían desde Leeds por primera vez al Polo Norte. Celebrarían la Navidad y el Año Nuevo. Santa estaba más que feliz de que la familia se hiciera grande.

- Mira papi, ahí están.

La niña en brazos de Louis señalaba el cielo, Harry lo rodeaba en un abrazo, apoyando su cabeza en el hombro de Louis.

- ¿Seguro que podremos con cuatro niños? No podrás sacarlos del taller, y se la vivirán comiendo dulces. Serán nuestra perdición.

- Podremos poder a mi papá en el salón y que les cuente historias.

- Y así podríamos escaparnos al bosque, como cuando éramos niños.

El beso de Louis le dijo que sí. Cuando la avioneta aterrizó dos balas de cañón se dispararon, Louis había extrañado tanto a ese par de niños.

Quizá, podría hacerse ilusión y Harry quisiera otro bebé. Nada los podría derrumbar ahora que habían encontrado el camino a casa.

En brazos de Harry, Louis tenía fuerzas para todo, era el apoyo que había necesitado desde hace mucho tiempo, y claro. ¿Quién podría decir que Santa debía ser un viejo gordo? Porque eso no era desde hace años, cuando la primera Navidad, ambos vistieron un ridículo disfraz rojo y un gran gorro.

Nadie podía decir que Santa era solo, obviamente Santa podían ser dos hombres. Con una familia amorosa y que pronto crecería a un integrante más.

F I N

𝓟𝓸𝓵𝓪𝓻𝓲𝓼

Llegamos al final de todo.  Gracias por leer. Espero que les haya gustado.
Recuerden,  Larry es más real que nuestra vida. 💙💚💫
🏡❤