Tooru se quedó totalmente congelado mientras veía como el contrario agachaba su cabeza tras decir aquellas hermosas palabras que provocaron extrema emoción en su corazón. Durante algunos segundos estuvo procesando todo lo que estaba ocurriendo dándose cuenta que el peligris se le había declarado.
En ese momento se olvidó de todo. Olvidó al pelirosado, olvidó el hecho de que Itome tenia pareja. Solo tomo sus mejillas para poder juntar sus labios en un apasionado beso. Itome se quedó totalmente helado al ver cómo el contrario se ponía en puntitas para poder robarle un hermoso beso.
Sin más se dejó llevar por las emociones que sentía en su corazón mientras colocaba sus manos en la cintura del Azabache profundizando más aquel beso que compartían. Al separarse Tooru lo miro fijamente a los ojos formando una sonrisa en sus labios mientras acariciaba una de sus mejillas.
-Yo también te amo Ito-san.... Le respondió finalmente con una voz dulce y calmada provocando extrema felicidad en el nombrado quien no tardó en volver sus mejillas en un tono rojizo. Tooru soltó una pequeña risa al ver su comportamiento nervioso.
Sin más dejo que pasará a su cuarto para compartir esa noche juntos. Itome se encontraba escondido en su cuello mientras que disfrutaba de las suaves caricias que le daba el Azabache este solo lo observaba con dulzura y amor. Por fin toda la verdad acerca de sus sentimientos había salido a la luz.... Por fin podrían demostrarle su amor al otro.
-Itome.... Lo llamo provocando así que el contrario volteara a verlo rápidamente mientras que guardaba silencio dejando que el otro siguiera con lo que quería decirle. Tooru volvió a sonreírle mientras volvía sus mejillas en un tono carmesí.
-Podria.... Ser tu amante?.... Le pregunto con nerviosismo provocando en Itome un gran eh intenso brillo en sus ojos. Rápidamente le dio un dulce beso en sus labios haciendo que el contrario soltara una pequeña risa en medio de este pues se notaba la felicidad que sentía el peligris.
-Claro que si!. Hablo un poco más fuerte de lo usual dejando ver a Tooru lo feliz que se sentía en ese momento. El Azabache acomodo sus cabellos los cuales comenzaban a tapar su rostro y solo depósito un beso en su frente. Sin más se acomodaron en la cama de Fujisaki para poder dormir más cómodamente.
Aquella noche fue la mejor que pudo tener Itome en toda su vida debido a la calidez con la que lo abrazaba Tooru durante toda la noche. Durmió profundamente en los brazos de su amado sintiéndose protegido por el mismo... Algo que desde hace mucho tiempo no sentía. Realmente se amaban con locura.
-Ito-san... Despierta... Ya es de día... Le decía su amado mientras depositaba pequeños besos en su cuello provocando que Itome se despertara con un ligero sonrojo en sus mejillas por la acción que llevaba a cabo.
-Tooru-kun cinco minutos más... Decia con mucho sueño mientras se escondía en el pecho de su amado. Tooru soltó unas pequeñas risas por ver aquel comportamiento en el peligris. Solo se dedico a acariciar sus suaves cabellos con una gran sonrisa en su rostro.
-Ito-san me encantaría estar contigo todo el día... Pero tienes clases... Prometo que después estaremos juntos durante todo el tiempo que quieras... Le dijo con dulzura. Itome suspiro rendido mientras se levantaba de la cama del Azabache colocándose su suéter el cual el contrario había guardado con cuidado.
Se despidieron con un amoroso beso para luego irse por su camino hacia la actividad que les tocaba en aquel día dedicándose un "Te amo" mutuamente. Itome tras caminar durante unos minutos escucho una voz detrás de él. Allí estaba aquel chico de cabello morado el cual asistía a su mismo club.
-Lo vi todo Itome... Ahora dime... ¿Tu y Tooru... Que es lo que tienen realmente?. Dijo en tono amenazador mientras se cruzaba de brazos. Itome sentía como su cuerpo comenzaba a fallarle pues sus manos empezaron a temblar tras escuchar aquello.
-Yo... Yo amo a Tooru-kun... Respondió finalmente luego de unos cuantos minutos en silencio. Shikatani abrió sus ojos como platos por tal respuesta debido a que no se esperaba para nada la misma. Itome comenzó a derrumbarse.
-Se que estoy en una relación con Akemi... Pero entiende me por favor.... Yo ya no soy feliz con él..... Su voz se quebraba poco a poco provocando demasiada lástima en el chico de lentes el cual solo lo miraba fijamente sin decir nada guardando silencio absoluto.
-Tooru... El me hace sentir especial... Me hace el chico más feliz de todos.... Y se que no podremos estar juntos... Pero yo lo amo.... Y el a mí. Las lágrimas salían por cada palabra que pronunciaba. Shikatani recibió un golpe en su corazón al ver de tal forma al peligris.
-Itome... Tranquilo te entiendo... Se que las cosas con Akemi no van para nada bien... Y si Tooru te hace feliz.... No puedo decir nada al respecto. Le respondió provocando que el peligris le sonriera con cariño para luego darle un fuerte abrazo en forma de agradecimiento. Shikatani se quedó helado durante unos minutos pero correspondio de todas formas con mucho cariño.
Después de aquello ambos chicos se despidieron para ir a su clase correspondiente. Shikatani aun no podía creer lo que Itome le había dicho pues era algo totalmente inesperado. Si, ambos habían reflejado un inmenso cariño hacia el otro desde el principio pero simplemente había pensado que era solo por su amistad... Claramente se había equivocado.
En medio de su caminata se topo con el presidente de su club el cual estaba entrando a una de las habitaciones de algún estudiante que había pedido sus servicios. En ese momento Shikatani comprendió todo lo que le había dicho el peligris. Se notaba que Akemi no tenía interés en su relación eso produjo un amargo sabor en su boca.
Recordó aquel beso que había presenciado entre Itome y Tooru este realmente reflejaba un amor inmenso y hermoso algo que claramente Akemi no lograba al contrario... Destruía por esa razón Shikatani se prometió que...
Ayudaría a ambos amantes
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~Bajo la lluvia~ -TooruxItome-
FanfictionLa hermosa lluvia de aquella tarde había hecho que sus vidas se conectarán permitiendo así que el amor que nadie esperaba apareciera volviéndose cada vez más intenso logrando curar las heridas que permanecían en sus corazones.