24- Mi Vida

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Pensaba en las miles de formas en las que le podía decir al Azabache la situación pero simplemente descartaba todas las ideas que venían a su mente. Parecía un laberinto sin salida debido a que siempre volvía al mismo lugar. Sabía que tenía que afrontar en algún momento la situación.... No podía quedarse callado.

Por más que lo intentará sus pensamientos recorrían el mismo camino en el laberinto. No encontraba las palabras suficientes como para explicar tal hecho. Sabia que su amado esperaba tranquilamente sus respuestas. Aquello solo le producía más desesperación al pasar los días. Quería desaparecer tras las gotas de lluvia que producían unos de los más relajantes sonidos para así encontrar la paz que la vida parecía no querer darle. Sentía como su corazón se apagaba poco a poco.

Hasta que un día lo peor ocurrió. Tooru lo esperaba sentado en su cama mientras sostenía la carta que le había llegado días antes por su anterior y complicado amor. Su sangre dejo de recorrer por su cuerpo al ver aquello. Sus piernas comenzaron a fallar por notar la feroz mirada de su querido. Solo se mantuvo congelado en aquella puerta que daba comienzo a su habitación.

-Que es esto Itome?. Dijo su amado en un tono frío sin dejar de ver fijamente al amor de su vida. El nombrado comenzó a sentir como su cuerpo producía aquellos temblores que nublaban su vista con cada minuto que pasaba. Solo soltó algunas lágrimas que eran de una baja temperatura.

Luego su amado hizo algo que nunca pensó. A paso tranquilo se acercó a él para cubrirlo con sus brazos para que así pudiera sentir lo que hace tiempo necesitaba. Debía saber que no estaba solo en todo esto. Tenía que tener en cuenta que el estaba para todo lo que necesitará y que sus brazos siempre estarían para que pudiera resguardarse. Solo lloro amargamente en su hombro liberando toda la desesperación que sentía desde hace algunos días.

-Jamas te dejare solo mí amor. Siempre me tendrás a pesar de todas las circunstancias que puedan pasar. Tras aquellas palabras Tooru llevo suavemente a su amado a la cama para poder así acostarse tranquilos intentando acomodar todos sus pensamientos acerca de lo que sucedía en aquel momento.

Itome solo lloro incontables lágrimas por la impotencia y desespero. Por qué Akemi no podía dejarlo ser feliz?. Por qué aquel chico no era capaz de dejar el pasado dónde debería?. Conocía perfectamente lo aferrado que era a los tiempos ya pasados. Pero esto ya había cruzado todos los límites que pudiera haber imaginado.

-Tenemos que irnos... Mencionó Tooru en un tono sepulcral mientras su expresión de mantenía sería. Itome dejo de llorar inmediatamente tras escuchar aquello solo levanto su mirada en búsqueda de los ojos de su querido Azabache. Este solo miraba a la nada misma.

-De que hablas?. Pregunto el peligris intentando comprobar su teoría de que lo que había escuchado era totalmente erróneo. Un silencio se mantuvo presente en aquella aura de tensión. Está aura solo estuvo durante algunos largos segundos hasta que finalmente aquel chico de ojos verdes lo rompió.

-Si queremos ser felices... Tenemos que escapar de este maldito lugar. Dejo totalmente en claro su idea principal dejando sorprendido al contrario. Miraba fijamente a su amado mientras intentaba procesar todo lo que había escuchado de manera tan repentina. Solo sintió como un escalofrío recorría su espalda. Jamás había visto a su amado de tal manera.

La seriedad que el otro tenía solo hacia que el escalofrío volviera en bucle. Escapar? Que clase de plan era aquel? Cómo lo harían?. El silencio volvió de manera más tensa mientras el peligris miraba fijamente a los ojos llenos de odio de su querido. El mismo solo miraba a la nada, repudiando a todos los que se interponían en el gran amor que compartía con su Amado.

-A que te refieres con escapar?. Le pregunto intentando disimular sus grandes nervios a pesar de que su voz se encontraba quebrada por los mismos. El Azabache guardó silencio por unos eternos segundos mientras las ideas de acomodaban en su mente dañada. Solo formó su plan pieza por pieza.

Volteo a ver a su amado para poder plantar un dulce beso en su frente intentando calmarlo un poco. Para luego comenzar a acariciar su dulces cabellos de un gris apagado. Una sonrisa sincera y dulce se formaba velozmente en sus labios al notar como su amado apreciaba aquellas caricias que él sin problema le regalaba cada que podía.

Amaba demasiado al peligris. No podía perderlo por gente que no soportaba la felicidad ajena la cual claramente era mayor que la suya. Itome era su tesoro más preciado en la tierra y cada que podía se lo dejaba claro. Con cada caricia, con cada beso, con cada abrazo o con cada palabra. Estás no bastaban. Aquel inmenso amor no se podía expresar con acciones o palabras. Era de tan grandes dimensiones que no podía ni permanecer en un mismo universo.

-Eres mí más grande tesoro Itome... Si fuera necesario quemaría la llave para que nadie pueda robarte. Dijo con amor mientras no dejaba ni por un segundo de regalarle caricias a su querido de manera dulce y suave. Itome encendio sus mejillas en un rojo vivo al momento de escuchar aquellas hermosas palabras.

Su corazón latía con fuerza a la par de cada segundo que pasaba. Bajo la mirada por la pena que sentía causada por los nervios. Solo escucho como su amado soltaba una tierna sonrisa por la timidez que dejaba claro. Fortalecieron mucho más el abrazo que compartían. Dejaron en claro al otro que aquel plan se llevaría a cabo.

Ya se habían prometido que nadie ni nada sería capaz de arruinar su amor. Ellos eran felices al lado del otro. Nunca en su vida habían sido amados realmente. Solo fueron objetos de olvidó de quienes pensaban eran sus almas gemelas. El sentimiento que vivían día a día era imposible de replicar con alguien más y sinceramente tampoco querían. Todo parecía una novela de romance dónde los dos amantes se escapaban para poder estar juntos debido a las circunstancias de sus vidas y eso harían. No importa dejar todo atrás.

Solo su amor importaba.

~Bajo la lluvia~ -TooruxItome-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora