23- Olvídame

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Miraba con terror aquella carta en sus manos. El peligris seguía sin creer el contenido que había en la misma. Lo que más impresión de dio fue la sangre que está portaba. Sus manos temblaban sin control mientras poco a poco iba perdiendo la fuerza en las mismas.

En aquella carta Akemi describía el horrible acto que haría contra su vida si el peligris no volvía con el. Al parecer el presidente del club de fotografía vio como sus esfuerzos por acabar con la relación del otro iban a un camino de sumo fracaso por esa razón recurrió a la amenaza sabiendo perfectamente que la misma era un acto de total cobardía. Itome sabía el motivo de esa carta.

"Días atrás"

Caminaba de manera furiosa hacía el club en el que aún pertenecía. Apenas llegar azotó la puerta con toda su fuerza sorprendiendo al rubio quien se encontraba solo en aquella habitación. Al verlo sonrió con dulzura pero poco a poco su sonrisa desvaneció. Itome con enojo le arrojó algunas fotografías a su rostro dejándolo completamente helado al ver el contenido de las mismas.

Allí estaba ofreciéndole dinero al supuesto amigo del Azabache quien siempre le tiraba coquetos sutiles para ganar su corazón. Un nudo se formó en su garganta mientras su pensamientos se mezclaban unos con otros. No sabía que excusa inventar acerca de lo que tenía en frente de sus ojos debido a que aquellas fotografías ya decían mucho por si solas.

-Nisiquiera se te ocurra mentirme Akemi... Shikatani ya me contó todo... Hasta donde llega tu falsedad?... Aquellas palabras lo destrozaron por completo pero en el fondo tenían toda la verdad del mundo. Itome lo miro con desprecio lo que hizo que su corazón solo recibiera un golpe más fuerte.

Se quedó en silencio. El contrario al ver qué no recibiría respuesta se fue a paso lento decidido a sacar de su vida por completo a aquel pelirubio de ojos azules. La puerta se cerró finalmente dejando en total soledad al presidente del club de fotografía. Este solo comenzó a derramar lágrimas tras lo sucedido debido a que sabía perfectamente que ya había perdido por completo al peligris.

Dolía demasiado aquel hecho pero nada podía hacer al respecto. Las rosas que en algún momento representaron su amor se habían marchitado. No las supo cuidar bien. Sus engaños provocaron que las mismas perdieran poco a poco su brillo. Por más que el otro intentará salvarlas al final estás dieron su último respiro hace mucho tiempo. Sabía que era su culpa todo lo que estaba pasando.

La mirada de frialdad que recibía por el amor de su vida era merecida por completo. Jamás supo cómo amar realmente a su amado lo cual provoco que en este el sentimiento de dolor se intensificara a tal punto que busco en otro el amor que el nunca le dio. Todo por qué su corazón nunca supo olvidar realmente.

Dolía saber que el contrario era su amor eterno el cual se había ido por su culpa. Las lágrimas solo volvian una y otra vez al recordar los momentos felices que se habían ido con el viento frío de invierno. Ellos eran piezas que se complementaban perfectamente pero para su desafortunado corazón pertenecían a rompecabezas diferentes."

"Época actual"

Las lágrimas de impotencia se hicieron presentes casi al instante de terminar de leer aquella carta que reflejaba la gran cobardía del contrario. Cómo deseaba desaparecer en ese momento. Quería gritar pero como siempre se mantenía en un silencio sepulcral.

Se cuestionaba el porque la vida lo trataba de tal manera. Miles de preguntas se formaban en su torturada cabeza. Lloraba sin consuelo debido a que sabía que jamás podría ser feliz al lado de la persona que tanto amor le había dado. Solo quería tener la felicidad que muchas otras personas si portaban pero parecía imposible.

No entienda el porque de lo que pasaba. Solo le quedaba llorar hasta que sus lágrimas dejarán de correr apesar de que estás parecían no tener fin. Sentía rabia con todo el mundo pero no sabía cómo desquitarse con el mismo. Nunca había cometido algo tan horrible como para merecer lo que estaba sufriendo en ese momento. Lo único que quería era que lo tomarán en cuenta y no ser un reemplazo más.

El Azabache le daba todo lo que siempre había querido. El amor que le tenía era algo que se hacía notar con cada gesto de cariño que esté le brindaba. Por qué no podía disfrutar de aquello en paz?. Akemi nunca lo valoro pero ahora parecía que era su tesoro más preciado. El antiguo Itome habría saltado de la felicidad ante aquello pero claramente ahora solo le producía furia y tristeza.

Por qué espero tanto?. Por qué ahora le demostraba su amor?. Acaso extrañaba jugar con sus sentimientos?. No sabía ninguna de las respuestas a aquellas preguntas que solo incrementaban más su sufrimiento. Se acostó en su cama debido a que sus piernas comenzaban a fallar. Se escondió en su almohada deseando que todo terminara de una buena vez.

Quería que todo fuera un amargo sueño y que nada de lo que estaba pasando fuera de verdad. Los sollozos que soltaba apenas se escuchan en las paredes de su habitación fría la cual estaba cubierta por una capa de soledad. No podía llamar a su amado debido a que esté solo se preocuparía más por el. Tooru ya tenía suficientes problemas con su familia como para que el empeorará las cosas.

-Solo quiero ser feliz.... Decía entre sollozos mientras apretaba fuertemente su almohada en un intento de consuelo. Hasta que el cansancio termino por vencerlo. Realmente aquel peligris sin calma merecía un descanso ante todo lo que pasaba.

La lluvia volvió a hacerse presente luego de meses sin aparecer intentando que esté se calmara al oír su adorable sonido. Lo consiguió ya que el peligris quedó profundamente dormido a los minutos que está comenzó. Las gotas de lluvia que caían por su ventana sentían lástima por aquel dulce chico que solo deseaba una cosa en su vida....

Ser feliz al lado de su amado.

~Bajo la lluvia~ -TooruxItome-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora