21- Amar es dejar ir

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Solo le daba pequeñas caricias a sus manos debido a que estás eran su adoración. El peligris solo sonreía tras las acciones que su amado llevaba a cabo con delicadeza y amor. Por fin pasaban tiempo juntos. Hace días que por culpa de los exámenes no habían podido estar mucho tiempo unidos.

Solo se mantenían en una banca de color blanco que había en ese inmenso lugar lleno de árboles que dejaban caer sus hojas en un hermoso paisaje. El sol los iluminaba con alegría con pocas nubes que lo interrumpieran. Era un día precioso para aquellos dos amantes quienes compartían su tarde juntos como siempre hacían.

Para su suerte nadie estaba en medio para interrumpir su extrema felicidad. Hace semanas que no tenían ese tipo de complicaciones para su amor apesar de los insistentes intentos de Akemi y Yuri para recuperarlos. Aquellas situaciones llegaban a cansarlos pero solo volvian a ignorar después de todo ya eran felices y nadie iba a poder terminar con aquella felicidad.

Itome apesar de tener una gran sonrisa guardaba una fuerte preocupación. Ya estaba en su último año en esa academia por lo que tendría que alejarse durante mucho tiempo de su Azabache ya que a este le faltaba mucho para terminar sus estudios. Eso producía un hueco en su corazón.

Pero sabía que era capaz de esperar toda una vida si era necesario con tal de estar al lado de su amado. No quería perderlo. Era su motivo de sonreír. Su vida entera. Todo lo que necesitaba para seguir en pie era su tan tierna sonrisa. Sabía perfectamente que el Azabache lo amaba de la misma manera.

Las caricias, los besos y las dulces palabras de su amado eran su oxígeno para vivir. Imaginarse días incluso meses sin estas era algo que no podía soportar. Por eso trataba de estar la mayor parte del tiempo con su querido quien por extraña razón se mantenía con una expresión neutral. Eso preocupaba un poco a su peligris debido a que esté siempre portaba una sonrisa a su lado.

-Sucede algo cariño?. Dijo en un tono dulce y bajo como siempre. Su amado le sonrió con una extraña ternura mientras con delicadeza tomaba su mejilla. Itome sintió una calma absoluta al presenciar aquello. Solo miro con un gran brillo en sus ojos al contrario quien solo estaba maravillado con su belleza.

-Tranquilo amor mío... Estoy bien si tu estás aquí conmigo... Respondió con amor formando un fuerte sonrojo en su amado quien rápidamente junto sus labios en un tierno y largo beso el cual reflejaba el inmenso amor que sentían el uno por el otro. Sin saber que cierto pelirosado los veía desde lejos.

Miro a los amantes felices compartir aquella hermosa escena. Su corazón dolía pero no podía negar la gran sonrisa que el Azabache portaba al compartir ese beso con el que ahora era el amor de su vida. No pudo evitar derramar una lágrima al recordar que antes sonreía de la misma manera al estar junto a el apesar de que no le prestaba mucha atención.

Si tan solo hubiera apreciado el gran amor que este le dio algún día quizás en su corazón no se encontraría aquel gran hueco lleno de dolor y nostalgia. Tenía que aceptar la felicidad que el contrario compartía con el que si lo sabía apreciar cómo se merecía. Lo amaba por esa razón solo se fue con una sonrisa a medias… Por saber que su querido era feliz finalmente a pesar de no ser a su lado.

Solo abrió la puerta de su habitación con suavidad dándose cuenta de la soledad que había en esta. Miro su cama la cual solía ocultar al enamorado Azabache debajo suyo. Sonrió nuevamente al recordar como esté se sornojaba de manera extrema al compartirla con el y como repetía que lo amaba. Sentía gran tristeza pero eso no le impedía sonreir al recordar a quien alguna vez fue su Babu.

 Caminó lentamente hacía el baño que su habitación portaba. Después de mucho tiempo por fin se miro al espejo sin sus lentes oscuros los cuales ocultaban sus ojos por completo. Estaba llorando pero por alguna razón no sentía aquellas lágrimas. Solo miraba su ojos completamente vacíos y volvió a sonreír. Por fin sabía el dolor que alguna vez su Babu sufrió.

En su mente se repetía que merecía tan dolor por hacer sufrir por tanto tiempo al que alguna vez le dio amor y cariño sin importar que. Sabía perfectamente que en varias ocasiones había echo llorar al Azabache pero en su tiempo ni le importaba ya que a sus ojos solo era un juguete. Cómo se arrepentía de tal error debido a que esté le había costado al amor de su vida.

Río ligeramente al recordar los típicos "Me gustas Yuri-kun" que le regalaba el Azabache en el pasado. Al escuchar eso realmente era feliz solamente que jamás pudo darse cuenta de aquello. Lamentablemente ya era tarde para sus sentimientos encontrados finalmente. Por fin supo el significado de esa frase que escucho varias veces en su vida. "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes".

Había perdido al ser más adorable de todo el mundo. El que en algún momento de su vida daba todo por su felicidad. Solo derramaba más lágrimas al darse cuenta que Tooru fue el único que lo amo tal como era apesar de saber que hacía. Todos los días le dejaba claro que su corazón le pertenecía pero claramente eso fue hace mucho tiempo. Dolía aceptarlo.

-Ya no es tuyo Ayato. Dijo con su voz normal y profunda mientras algún portaba su tan miserable sonrisa. Simplemente no podía engañar a nadie. El estaba roto pero no le importaba. Solo recordaba la sonrisa que el Azabache tenía al lado de aquel peligris y su dolor se iba por completo. Iba a costar demasiado dejarlo ir.... Pero sabía que tenía que hacerlo.

Solo volvió a colocarse sus lentes en un inmenso dolor.

~Bajo la lluvia~ -TooruxItome-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora