Aquel chico de ojos verdes tensó sus dientes y sus manos se volvieron puños mientras seguía viendo aquella escena. Cómo odiaba el hecho de compartir a Itome con aquel chico que solo le había causado dolor por tanto tiempo.
Sentía tantas ganas de correr y tomar a Itome en sus brazos para alejarlo de allí, pero se tenía que controlar. Respiro profundamente para no hacer una estupidez que arruinara todo lo que apenas había comenzado.
Hasta que vio como finalmente el chico rubio se despiedia feliz mente de su amado, yendose a seguir con su día. No perdió tiempo, fue con paso decidido a dónde estaba su querido para tomar su brazo. No menciono una palabra solo camino hacia el salón de artes, siendo visto por el peligris de forma curiosa y totalmente sorprendida.
Al llegar cerró la puerta asegurándose que nadie pudiera verlos, se acercó tanto a Itome que este término acorralado contra una mesa, Itome podía sentir la respiración de Tooru cerca de su oreja algo que provocaba un escalofrío en su columna.
-Sabes amor... Destesto el hecho de compartirte... Los nervios de Itome aumentaron al ver la fría mirada del Azabache pues jamás había visto aquella expresión en el. Todo su cuerpo comenzó a temblar de la emoción al momento de escuchar el apodo que el otro le había puesto con mucho amor y pasión.
Aquel chico de ojos verdes comenzó a besar con lujuria el cuello del contrario mientras bajaba poco a poco por el mismo causando pequeños sonidos en el peligris el cual intentaba hacerlos lo más bajos posibles... Amaba esa nueva personalidad descubierta del Azabache bueno... Amaba todo del contrario era algo que se notaba a simple vista cuando lo veía o estaba cerca de el.
-Y-yo... Soy solo para ti mí Tooru-kun... Le dijo con tono seductor provocando que el contrario parará en seco. Se miraron fijamente a los ojos con deseo. Sin más se dieron un beso lleno de pasión y lujuria. Jugaban con sus lenguas en la boca del otro provocando que algunos ruidos salieran de la boca del peligris por la intensidad del beso.
-Y yo solo soy solo tuyo amor mío.... Le dijo por medio de un susurro al momento de terminar con aquel beso de pasión. Itome comenzó a sentir un gran deseo en su interior... Quería que su amado Tooru-kun lo marcará pero sabía que era muy pronto para aquello.
-Y quiero que lo dejes claro.... Dijo mientras dejaba su cuello a descubierto para que el contrario pudiera dejar su marca. No hay palabras para explicar la gran emoción que sintió el peligris tras ver la acción que el contrario llevaba a cabo. Seguía con sus nervios a mil.
Se acercó lentamente hacía el cuello del otro para luego morder el mismo no lo suficiente como para dañar demasiado al Azabache pero si para dejar una marca. Tras terminar se alejo tímidamente del otro solo para ver una pervertida sonrisa en sus labios. Realmente se sentía una gran tensión en el aire. No estaban bien de la cabeza cuando se trataba del otro.
No les importaba el hecho de que alguien los encontrará solo se centraban en el contrario. Volvieron a besarse con intensidad hasta que la puerta se abrió interrumpiendo aquella hermosa sesión de amor que estaban compartiendo. Temieron lo peor.
-Lo lamento por interrumpir pero tengo algo tuyo Itome. El alivio se generó en ellos cuando vieron que se trataba del pelimorado el cual estiraba aquel dibujo que le había regalado con cariño. Tooru volvió sus mejillas rojas cuando se dio cuenta de lo que se trataba.
Itome lo tomo con mucho amor para luego agradecerle al contrario el cual rápidamente se fue de la escena para dejar que aquellos dos chicos siguieran con sus cosas románticas y empalagosas. Cuando por fin se quedaron solos un silencio se generó en el ambiente ya roto.
-M-me encantó el regalo.... Dijo el peligris mientras sus mejillas estaban prendidas en un rojizo color. Tooru volteo su mirada rápidamente por la vergüenza que sentía en ese momento. De nuevo el silencio se generó.
-Bueno es dificil no dibujarte... Realmente eres muy bello Itome-kun... Dijo con mucha vergüenza mientras actuaba de manera nerviosa. Itome se sonrojo notoriamente al escuchar aquello.
Luego ambos se dieron un hermoso beso distinto a los anteriores que habían vivido debido a que esté era mucho más amoroso para despedirse. Itome esperaba que para la próxima las cosas fueran a un siguiente nivel.
"Mas tarde con Tooru"
Iba caminando tranquilamente hasta que cierto pelirosado se apareció en su camino dispuesto a acompañarlo hacía su siguiente clase. Tooru le sonrió con incomodidad debido a los acontecimientos que habían pasado antes pero acepto de todas formas.
El pelirosado iba soltando incoherencias que nisiquiera eran escuchadas por el contrario debido a que estaba demasiado concentrado en sus pensamientos acerca de su amado Itome-kun y su encuentro en aquella aula de artes.
Yuri lo miraba fijamente debido a los notorios cambios que había visto en su persona. Notaba que su sonrojo característico ya no aparecía cuando se encontraban juntos nisiquiera demostraba su comportamiento nervioso... Eso lo intrigaba.
Amaba tener a Tooru como su juguete principal debido a su real interés en su persona. Lo hacía sentir especial pues el Azabache realmente le dejaba claro que su mundo era el pero ahora... Solo era un olvidó para el contrario y más desde que había iniciado su amistad con el peligris.
Sentia un gran enojo al ver cómo su Babu comenzaba a apreciar mucho más al aquel chico de alta estatura antes que a el. Si, era claro que jamás tendría algo con el Azabache debido a que aún quería disfrutar de su libertad después de todo era un adolescente tenía derecho a divertirse pero aún así quería que Tooru fuera solo para el.
En algún punto fueron perdiendo el ritmo que tenían a la par provocando que el pelirosado estuviera detrás de el mientras que el Azabache le daba la espalda. Debido a eso el pelirosado pudo ver con furia como el contrario tenía en su cuello...
Una marca echa recientemente
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~Bajo la lluvia~ -TooruxItome-
FanfictionLa hermosa lluvia de aquella tarde había hecho que sus vidas se conectarán permitiendo así que el amor que nadie esperaba apareciera volviéndose cada vez más intenso logrando curar las heridas que permanecían en sus corazones.