CAPÍTULO 15

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NOEL.

Camino por el parque buscando la calma que he estado perdiendo desde que llegó ese parásito que no ha hecho más que joderme la existencia.

Así es, hablo de Arian. No es difícil deducirlo así como tampoco es difícil pensar en cómo mi paz mental se ha ido por la borda desde que ha estado merodeando alrededor de mi chica lo cuál viene desde que llegó a mi trabajo.

Y, joder. No soy alguien inseguro que crea que él puede tenerla como si nada. Conozco a Anne, y sé que conmigo lo tiene todo y más pero cuando veo cómo la mira, como sonríe y cómo actúa cuando ella está cerca todo mi instinto me dice: Cuidado, ese tipo trama algo.

¡Maldita sea!

Pateo un árbol con todas mis fuerzas causando que algunas hojas caigan y que toda mi atención se centre en otro punto.

Mi pie. Me acabo de joder el pie.

Siento como duele pero no detengo mi caminata hasta llegar a la salida del parque que queda a unas cuantas calles de mi destino.

No hay una forma diferente de resolver esto, no hay otra alternativa y aunque tal vez parezca una locura. He esperado ya demasiado tiempo y me temo que si me demoro un poco más luego será muy tarde.

El gasto por lo que voy a comprar es bastante elevado y lo que viene después también lo será, más cuando no tendré ayuda y todo quedará en mis manos pero es un riesgo que estoy dispuesto a correr.

Es por amor, me repito. No es como si no quisieras que pasara.

Ya quiero ver su cara cuando lo vea, cuando se entere.

Esta es la mejor decisión que he podido y podré tomar en mi vida.

—Sé que no es de mi incumbencia, señor. Pero ¿Esta seguro de realizar esta compra? — pregunta el vendedor y yo asiento con una sonrisa en el rostro. Se encarga de guardar de forma disimulada mi compra y salgo seguro del local.

Llego a la casa más tarde de lo que debería y sin anunciar mi llegada entro y rápidamente me aseguro de esconder el arma que se encargará de acabar con los planes de Arian, que hará que todo vuelva a la normalidad y que hará que Anne, no deje de ser lo que ya era... mía.

Me doy una ducha. Me pongo mi ropa de dormir ya que no puedo estar en ropa interior por toda la casa desde que llegó Steph, pero no me quejo. Es bienvenida.

Salgo de la habitación y saliendo de el cuarto de huéspedes (donde duerme Stephanie) está con su cabello despeinado, una pijama que la hace lucir bastante sensual y los ojos un poco hinchados la chica que se roba mis latidos desde que la conocí en la playa hace casi dos años.

La dueña de mi mente y mi corazón.

No puedo decir que se ve tan hermosa como el día en que la conocí porque eso sería mentir.

Anne Romanov no tiene esa belleza que permanece igual e intacta a lo largo del tiempo. Ella evoluciona, crece y se destaca cada vez más haciéndome dudar en si en verdad es una chica común y corriente, o es un ángel que vino con el propósito de hacerme ver que el cielo es real porque no hay otra forma de explicar una belleza tan celestial e increíble como la de ella.

Joder, me encanta.

Suspiro.

—Noel...

—Ese soy yo. — respondo tranquilo pero con un aire de indiferencia.

— sonríe con la mirada baja —. Ya es bastante tarde... ¿Donde—

—En el parque. Estuve allá caminando unas horas. — me adelanto a su pregunta.

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⏰ Última actualización: May 09, 2022 ⏰

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