ARIAN
Me levanto de la cama con una sonrisa bobalicona que se me hace imposible eliminar de mi rostro. No quiero eliminar esa sonrisa de mi rostro. Luego de haber visto a Anne todo mi día sufrió un cambio drástico que lo hizo mucho mejor.
Me siento como si acabase de consumir alguna droga que me hace estar tan lejos de la realidad que me siento el dueño del mundo. Y todo empezó cuando pude volver a ver a mi chica luego de tres años de solo verla en mis sueños.
No tenía planeado verla. Assia me había dicho que esperara unos días a verla de forma "Casual" así que aproveché para ir a la playa ya que estaba muy cerca de mí hotel...
El calor era algo que me golpeó de inmediato pero el olor a agua salada me distrajo. La vista era impresionante. Tanto por lo increíble que se veía el agua como por las chicas que estaban dentro de la misma, o afuera tomando sol. No puedo negarlo, las latinas son preciosas.
Me quité la camiseta y acomodé mis cosas en un punto estratégico en el que pudiera verlas desde lejos para asegurarme de que nadie la robara. Primero prevenir que lamentar.
Me senté en la orilla de la playa dejando que el agua llegase a mis piernas haciendo que el calor se fuera un poco. Unas cuantas chicas me miraban pero siento que se sentían intimidadas porque parecía que temían acercarse a mi. Se veían como presas y yo era el depredador.
Pensé en un momento si tal vez debía distraerme un poco de Anne. Eran años de abstinencia y debía desahogar la incertidumbre de deseo al pensar en mi chica así que me levanté y las chicas no disimularon en mirarme. Sus rostros cambiaron, su lujuria ahora era evidente y yo no tardaría en conquistar a alguna. No las iba a tratar mal, les dejaría claro lo que quería y las trataría cómo las damas que son.
Me adentré en el agua y me alejé un poco de la orilla para nadar cuando volví a la orilla me acerqué al grupo de chicas que me habían estado viendo y empecé mi conquista.
—Buenos días, señoritas — usé mi mejor sonrisa.
—Buenos días — me respondió una en particular y las demás soltaron risitas.
La chica era igual de hermosa que las demás. Curvas muy pronunciadas, cabello castaño que le llegaba a las caderas, abdomen marcado con cintura pequeña, labios gruesos y pestañas largas. Su traje de baño no dejaba mucho a la imaginación pero ¡Sí que sabía lucirlo!
¿Cómo se vería Anne en traje de baño?
¡No! Arian concéntrate o no lograrás nada con la chica.
—Tu no eres de aqui, ¿cierto? — preguntó.
—No, preciosa. Soy de europa.
No iba a decirle que soy de londres.
Abrió los como platos y una sonrisa traviesa curvo sus labios.
—Pues si todos los europeos son igual de atractivos que tú justo ahora voy a comprar mis boletos de avión.
Sonreí.
—¿Gracias? — se mordió el labio. Ok, sabía lo que quería —. Puedo decir que no me lamento de haber venido el día de hoy. Me arrepentiría de no haberte conocido, eres la representación real de la belleza.
ESTÁS LEYENDO
OBSESIÓN
Mystery / ThrillerMartín pasa tres años en la cárcel junto a sus hermanos esperando a que sean liberados de la prisión. ¿Serán liberados así como así? No. Su plan es darse a la fuga y tomar caminos separados hasta hacer una nueva vida. El problema entra cuando Martín...