CAPÍTULO 4

124 6 0
                                    


Yo digo: "¿Pero no quieres hijos de mí?"

"Por supuesto que sí", responde ella.

"¿No quieres aparearte conmigo?"

"Te he comprado para este propósito".

"Entonces, ¿por qué harías tal cosa? ¿Por qué me abandonarías?"

"Te doy a elegir entre la libertad y el sexo".

"¡Pero pensé que querías aparearte conmigo! ¡Pensé que querías que fuera tu juguete sexual!"

Ella me calma frotando la parte superior de mi pene. "¿Así que prefieres no ser libre?"

"No, no es eso... Prefiero no decepcionarte. Eres tan hermosa que haría cualquier cosa por complacerte. Te mereces un hijo, no una hermana."

La mujer me sonríe con dientes ganchudos, soy producto masculino, saca objetos brillantes de una caja, sacudiendo la cabeza de una manera grosera como esclava de coños.

"¿Estás feliz?" Pregunto.

"Estoy feliz", responde la mujer.

Vello púbico de alambre de púas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora