CAPÍTULO 12

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Regreso a los pasillos solo, esperando a que Celsia vuelva a juntar sus partes, vuelva a la vida como un zombi para poder follarme de nuevo, solo una vez más antes de que se pudra, antes de que mis propios miembros se caigan de mi cuerpo. O esperando que mi cabeza se caiga de mi cuello.

            Los cuerpos desmembrados están esparcidos por el suelo como ropa sucia, pasando por encima de ellos e ignorando cualquier cosa que huela. Las ventanas, veo, han desaparecido por completo, carcomidas de las paredes, los espacios donde estaban ahora ocupados por un trozo de carne, piel venosa cosida en la casa.

            En busca de consuelo, me meto dentro de la incubadora en la cocina, la máquina de coño peludo de la que nació la fea bolsa de carne de Celsia, me hago un ovillo y me duermo, vuelvo al útero ahora muerto, viejo y podrido, su el calor se volvió frío, crujiente y negro. Fingiendo que estoy dentro del frío coño muerto de Celsia.

Vello púbico de alambre de púas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora