CAPÍTULO 7

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El otro día Celsia me contó que solían criar perros con aspas de molinos de viento, creando una especie de criaturas giratorias/dientes con un impulso violento de morder al viento, ladrando y chillando.

            Todavía deben estar en algún lugar, ladrando a través de túneles en el suelo, comiendo restos de las personas que viven en el inframundo, su basura o tal vez incluso partes de sus extremidades.

            A veces Celsia escucha gruñir a los perros en los campos cercanos, o lloriquear, quizás son recuerdos de la época en que la gente reclamaba mascotas fuera de la naturaleza. Tal vez estén buscando un camino de regreso a sus hogares, con la esperanza de que las características de sus aspas de molino de viento no hagan gritar a sus amos. Quizá los perros prefieran ahora su viento al Hombre, el viento es mucho más fuerte, mucho más importante. Algo que admirar.

            Cuando el molino de viento/los perros están follando, puedes escuchar sus orgasmos a través de los árboles. Los puedes escuchar en todo, en las partículas que lleva el viento, y si tienes suerte puedes verlos abriendo las piernas en la tierra fría, esperando que el viento los penetre.

Vello púbico de alambre de púas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora