El otro día Celsia me contó que solían criar perros con aspas de molinos de viento, creando una especie de criaturas giratorias/dientes con un impulso violento de morder al viento, ladrando y chillando.
Todavía deben estar en algún lugar, ladrando a través de túneles en el suelo, comiendo restos de las personas que viven en el inframundo, su basura o tal vez incluso partes de sus extremidades.
A veces Celsia escucha gruñir a los perros en los campos cercanos, o lloriquear, quizás son recuerdos de la época en que la gente reclamaba mascotas fuera de la naturaleza. Tal vez estén buscando un camino de regreso a sus hogares, con la esperanza de que las características de sus aspas de molino de viento no hagan gritar a sus amos. Quizá los perros prefieran ahora su viento al Hombre, el viento es mucho más fuerte, mucho más importante. Algo que admirar.
Cuando el molino de viento/los perros están follando, puedes escuchar sus orgasmos a través de los árboles. Los puedes escuchar en todo, en las partículas que lleva el viento, y si tienes suerte puedes verlos abriendo las piernas en la tierra fría, esperando que el viento los penetre.
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Vello púbico de alambre de púas.
Science FictionUna pesadilla sexual surrealista del autor bizarro de culto Carlton Mellick III. En un futuro oscuro donde los machos se han extinguido, los humanos se ven obligados a reproducirse con juguetes sexuales vivos fabricados que poseen una gran cantidad...