CAPÍTULO 16

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Celsia nunca se fijó en las personas que viven en el ático.

Se quedan allá arriba escondiéndose de ella, sin salir nunca ni siquiera para jugar a la tarántula negra. Los escucho gemir a veces, llorando por un lugar fuera del ático, buscando cosas adentro que no pueden encontrar. Su relación con la casa debe ser antigua, mucho antes de que Celsia la reclamara para sus juegos sexuales. Su llegada debe haberlos asustado para que se escondan. Es tan triste ser ellos, pobres personas en el ático en la oscuridad escondidas todo el tiempo, asustadas por el vello púbico de alambre de púas de Celsia, asustadas de que las corte con él.

No deben haber sido amados por ella o tal vez su presencia es intimidante y parecida a un cangrejo, tal vez son productos sexuales como yo, tal vez asustados del mundo real, asustados de envejecer, morir, ser violados. Se encierran lejos de la realidad, viviendo en la oscuridad para tener la cabeza más clara, gritando a veces cuando la oscuridad los abruma, los hace sentir perdidos dentro de sus propias cabezas. Tal vez se supone que no debo saber sobre ellos en absoluto.

Vello púbico de alambre de púas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora