Hoseok abrió las cortinas y la luz inundó la habitación. Iba a ser un día agradable, se podía sentir en el aire. Afuera había un sol radiante, algo raro en Irlanda donde la mayor parte del tiempo estaba nublado y llovía. Más animado, bajó los escalones de dos en dos y se dispuso a empezar su día. Aún era muy temprano, así que se abrigó y salió a buscar la leche para empezar a preparar las galletas y los pasteles para su casa de té. Cuando salió, un gran labrador dorado salió a su encuentro, moviendo la cola y rebotando a su alrededor.—¡Buenos días, Goonie! Apuesto a que estás feliz porque hoy hay sol, ¿no es un día hermoso? ¿Ya despertó Gala?
Ambos caminaron bordeando la casita de piedra antigua y subieron por una pequeña colina. Algunas vacas estaban pastando tranquilamente, otras mugían suavemente. Hoseok sonrió a cada una de ellas y caminó hacia la lechera que movía las orejas espantando algún que otro insecto.
—Hola, preciosa. ¿Cómo amaneciste hoy? —preguntó acariciándole el lomo. Posicionó el balde de metal y se sentó en un pedazo de tronco que le servía de asiento para comenzar a ordeñar a Gala.
El trabajo era duro, pero Hoseok estaba encantado. Había emigrado a Irlanda hacía algunos años intentando huir de la presión de su trabajo y los estudios que lo habían dejado en cama por varios meses. Sus padres habían estado de acuerdo en que debía seguir con su vida en un lugar donde pudiera relajarse y dedicarse a la pasión de su vida, la pastelería. Trabajó duro y hacía dos años que por fin había logrado alcanzar su sueño. Abrir una pequeña casa de té en un lugar paradisíaco.
Se instaló en Adare, en el condado de Limerick y ya no se movió de allí. Era un lugar de ensueño. Cuando llegó, quedó extasiado con la vegetación y todo el verde que parecían engullirlo todo a su paso. El aire era más puro, había naturaleza por doquier y entonces supo que jamás se iría de allí. Había encontrado por fin el lugar en donde empezar a cumplir sus sueños.
Ya con dos baldes llenos de leche, comenzó su tarea de preparar los pasteles para llevar al local. Cuando aún estaba en Corea había hecho algunos cursos de pastelería y cuando llegó a Irlanda se dio a la tarea de perfeccionar su pasión y estaba más que feliz con los resultados.
House of Wenee era, ahora, uno de los lugares preferidos de los lugareños y un punto de paso obligado para los turistas que visitaban el lugar.
Cuando terminó de hornear todo, llenó las bandejas y las acomodó en su camioneta. Su negocio no quedaba lejos, lo cual le ahorraba un montón de tiempo cuando tenía pedidos que entregar. Tenía un ayudante, Gyu, un chico mitad coreano mitad irlandés que lo ayudaba a hacer los repartos y a veces se encargaba de atender las mesas del lugar. Aunque su idea, al principio, era poner una pastelería, la gente le preguntaba con frecuencia si también ofrecían té o café. Así que, de a poco y con ayuda de una vecina, la señora Fergus, empezó a ofrecer diferentes infusiones y luego él mismo hizo un curso de barista. Pronto su local fue una sensación. Así que buscó un lugar más grande y lo acondicionó para hacerlo más acogedor y había sido una idea acertada. Estaba muy orgulloso de lo que había logrado y creía que no le faltaba nada más para ser feliz.
—¡Buen día, jefe! —Gyu se bajó de un salto del pilar de piedra donde estaba sentado alimentando a un gato gordo de color gris.
—Ya te dije que no me llames jefe, soy tu amigo, dime Hoho. —Se acercó y dejó un beso en la cabeza del animal—. Hola, a ti también, amigo peludo.
—Se llama Ziggy, me lo dijo el señor Jones.
—Ah, no sabía que tenía dueño.
—Ziggy es un poco de todos. Mientras haya comida, él te hará fiesta.
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Jealousy (2won)
Fanfiction¿Dónde está Chae HyungWon? HyungWon, un modelo de renombre, vive atrapado en un matrimonio opresivo con un hombre violento que controla cada aspecto de su vida. Aterrorizado y desesperado, logra escapar con la ayuda de un amigo, abandonando su vida...