Desde que Hoseok lo había besado aquella noche en su casa, HyungWon estaba en un estado de aletargamiento que no sabía muy bien cómo superar. Había sido un momento tan inesperado que, aún dos días después, seguía pensando en ello. No sabía qué hacer. No tenía experiencia en absolutamente nada que no incluyera golpes o humillaciones. O miedo. Había vivido sobresaltado la mayor parte de su vida. Agachando la cabeza, sin atreverse a mirar a los ojos a nadie. Y entonces apareció Hoseok, con su ternura y con su amabilidad para romper todos sus esquemas. Y no sabía qué hacer con lo que estaba sintiendo. Cuando lo veía entrar a la cocina con su sonrisa infantil se le empezaba a desordenar la vida. Quería hacer tantas cosas que no sabía por dónde empezar. Quería besarlo. Diablos si lo quería. Quería sentir esos brazos alrededor de su cuerpo, esa voz que le susurraba que ya no había nada a qué temerle porque él estaba ahí para protegerlo. Se encontraba sonronjándose sin motivo y sintiendo mariposas eufóricas en su estómago cada vez que Hoseok hablaba o hacía algún gesto para hacerlo sonreír.
—Oye, Seung Woo —Gyu entró a la cocina mordisqueando un pan de canela. HyungWon estaba pensando en lo hermoso que se veía Hoseok esa mañana, con esa camisa color azul francia que resaltaba la cremosidad de su piel y no se dio cuenta que el chico estaba llamándolo hasta que este se paró frente a su cara y aplaudió. HyungWon dejó caer la manga del glasé.
—¡Ay, dios, Gyu! —exclamó pestañeando con rapidez— vas a matarme un día de estos.
—Hace diez minutos que estoy llamándote... —el chico le señaló con la cabeza la bandeja de la mesa. Algunos muffins estaban totalmente cubiertos de glaseado turquesa que incluso habían perdido su forma original. HyungWon abrió los ojos de manera que hizo a Gyu echarse a reír porque según él, Wonnie asustado parecía un pokémon. —¿En qué pensabas?
—Oh, nada... estaba algo distraído... —respondió empezando a separar los muffins deformes. Hoseok entró a la cocina unos minutos después y descubrió a ambos muchachos mirando muy concentrados una bandeja de pasteles.
—¿Qué están haciendo ustedes dos? —preguntó parándose a su lado.
—A Seung Woo se le ocurrió una idea genial — dijo Gyu. Hoseok sonrió y alzó las cejas.
—A ver, cuéntame —dijo a HyungWon. Este de repente se sintió sofocado por las ganas de besarlo. Se aclaró la garganta, sacudiendo la cabeza de manera negativa.
—No... No es nada, fue solo una ocurrencia tonta...
Gyu rodó los ojos.
—Bueno, pues yo creo que es algo fantástico. Mira, Hoho, Seung Woo pensó que sería lindo tener un menú infantil.
—Gyu —se quejó HyungWon en un susurro— yo no...
—¿Un menú infantil? –Hoseok asintió. —Bueno, sí. Nunca lo había pensado.
—No un menú —HyungWon evitaba mirar a Hoseok a la cara— yo me refería a... bueno, Gyu me dijo que yo parecía uno de estos bichitos de ese dibujito...
—Pokémon —lo corrigió el chico, divertido.
—Ah, sí. Eso... y entonces yo pensé... que, es sólo una idea, no... no quiero que pienses que me tomo atribuciones que no me corresponden... —HyungWon empezó a tartamudear y Hoseok le apoyó una mano en el hombro.
—Gyu, ¿me dejas conversar un momento con Seung Woo, por favor? A propósito, la señora Fergus tiene un encargo para ti. Debes ir a la posada. La señora Smith necesita algunas cosas.
Gyu asintió y salió de la cocina no sin antes sacar algunos muffins de la bandeja.
Una vez que el chico cerró la puerta, Hoseok se acercó a HyungWon y lo rodeó con sus fuertes brazos. Este dio un respingo, un acto reflejo que siempre delataba lo tenso que estaba, pero pronto sintió unas caricias en la espalda y se relajó contra el pecho de Hoseok.
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Jealousy (2won)
Fanfiction¿Dónde está Chae HyungWon? HyungWon, un modelo de renombre, vive atrapado en un matrimonio opresivo con un hombre violento que controla cada aspecto de su vida. Aterrorizado y desesperado, logra escapar con la ayuda de un amigo, abandonando su vida...