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Justo cuando Taiju iba a abrir la boca para hacer algún movimiento, la mujer se adelantó soltando la pregunta.

—De un momento a otro sentí tus feromonas, así que pensé que ibas a decir algo travieso –la pelirroja prosiguió, acercando su mano al cuello de la camisa, jalándolo levemente hacia abajo—. ¿Café? Se siente bastante sutil para alguien tan grande. Es exquisito...

—Y es nuestro —Taiju se sobresaltó cuando cada uno de sus brazos fue abrazado y solo llego a enarcar una ceja cuando noto que Inupi y Koko eran los responsables. ¿Lo estaban saboteando?

Fuesen cual fuesen sus intenciones, la mujer solo se rió ante la escena, retrocediendo unos pasos.

—¿Ah, sí? Se veía bastante disponible para mí.

Kokonoi se forzó a sonreír ante el comentario venenoso de la mujer. Nada más querían espantarla y se alegró al ver que lo habían logrado cuando se despidió de Taiju con un movimiento de cabeza, para luego retirarse y perderse entre la multitud.

—¿Me explican qué carajos están haciendo? —dijo mirándolos molesto.

—Koko dijo que no le agradaba, así que vinimos.

—Esa no es forma de verme, te estaba ayudando, ¿no viste sus dedos? Tiene la marca de un anillo de bodas que ha estado ahí por años –Hajime inició con su explicación, tratando de dar su mirada más preocupada para darle peso a sus palabras—, ¿qué pasaría si tratabas de ir más lejos con ella y llegaba su esposo a tratar de cometer un crimen pasional?

—Lo golpearía –Taiju respondió, como si fuese lo más obvio del mundo, y quizás para Taiju realmente funcionaría hasta con una persona armada—. De todas formas, ¿cómo viste eso desde tan lejos? Si hipotéticamente tuvieras buena vista seguiría siendo imposible.

—No lo sabía, me di cuenta cuando ya estábamos aquí. Tuve un presentimiento y vaya que tenía razón –la mirada de Shiba no se suavizo, y parecía que más bien le costaba entender la lógica de Kokonoi, pero cuando solo soltó un suspiro fue suficiente para saber que no le daría más vueltas al asunto.

—Muy bien, en ese caso, según tus conocimientos, ¿quién es una buena opción?

Koko sonrió, encantado de que le dieran el poder de elegir. Aprovecharía la paciencia que Taiju le brindara al máximo. Lo llevaron aun tomado del brazo caminando entre las personas, tratando de buscar personas solas para ser sus víctimas.

—¿Qué hay de él? -Taiju señaló con la cabeza a un chico a la distancia que iba por una bebida, con una sonrisa al recibir su orden, aparentemente agradable.

Koko se puso manos a la obra... para buscarle un defecto. Trataron de caminar disimuladamente cerca, mientras Koko le echaba una mirada de reojo, hasta que observó algo que llamó su atención, así que los jalo a más distancia para poder hablar.

—¿Qué suce...?

—Tiene una pulsera de colores en su tobillo, parece hecha por unos niños, osea que puede que tenga hijos –Kokonoi interrumpió a Taiju, yendo directo a su hallazgo.

—¿Y?

—¿A qué te refieres con "y"? ¿Quieres que a mitad de un acostón te pregunte si quieres ser padrastro? –explicó, ganándose una mirada confundida del alfa. Tal vez era una situación que fuese muy poco probable que pasara, pero, ¿qué tenía si quería irse un poco a lo extremo?

—¿Y ella?

—Oh, no, a ella la vi cuando venía entrando y tiene adornos de gatos –Hajime negó de inmediato, arrastrando con ayuda de Inupi a Taiju a otro lugar.

BAD SAD AND MADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora