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Disculpen la tardanza han pasado muchas cosas y hemos estado muy ocupadas 😭 pero no crean que hemos olvidado este fic, al contrario. No tardaremos en entrar al clímax de esta historia 👀

Trataremos de actualizar lo más pronto posible!

Gracias por la espera y que disfruten el capitulo🦈❤️






Sinceramente, a Taiju no le importaba si dolía o no se sentía cómodo, había algo en poder darle todo a esos dos omegas creídos que calmaban un poco su corazón.

Ese momento donde solo te ofreces, y dejas que tomen y exploren todo de ti, sin importar nada más, Taiju solo se enfocaba en recordar cada una de las sensaciones. Los nervios, la tensión en su cuerpo, sus músculos firmes, su cuerpo y mente cediendo mientras los dedos de Koko se adentraban y amoldaban poco a poco su interior.

A Taiju no le importaba si se sentía desagradable para él, evitaría decir algo a menos que fuese demasiado, aun así, a pesar de que era algo que Koko había pedido hacer, sus cejas estaban fruncidas, tan concentrado que parecía que incluso la respiración de los otros dos estorbaba.

Por parte de Inui, se notaba que estaba un poco demasiado perdido, no parecía disgustado en lo más mínimo, quizás era algo que él y Kokonoi había querido hacer, pero, definitivamente, el rubio no esperaba que lograran hacerlo en un futuro cercano. Así que se limitó a calmar a Taiju, con una mano en el pecho del alfa, subiendo y bajando al ritmo de su respiración.

Taiju observaba las pestañas de Inupi moverse, a veces parpadeando lentamente, como si él estuviera sumergido en cierto placer por solo ver, y otras repetidamente por la sorpresa, cuando Kokonoi decidía embestir con fuerza o escupía para lubricar más de una manera vulgar.

A Taiju, no le hubiese importado si entregarse a ellos hubiese sido desagradable, pero, no lo fue, y mientras sus atenciones caían cada vez más en él, y el objetivo de hacerlo bien para los tres era lo único en sus mentes; Taiju se permitió atesorar sus miradas, atesorar sus toques, sus respiraciones, jadeos, cualquier cosa que les podía brindar de una forma diferente, y desear poder permanecer con la calidez que aquellos gestos brindaban en su corazón.

Deseaba poder tenerlos.

Un pensamiento egoísta que encerró, del que quiso fingir arrepentirse de inmediato, aun sabiendo que permitirse seguir ahí solo sería alimentar ese capricho.

Después de todo, Inupi y Koko siempre lo besaban igual de dulce, siempre lo mimaban, le daban cálidos halagos, y la compañía que tanto había necesitado. Siempre era así, y ahora sería algo complicado ignorar el latido de su corazón más fuerte de lo usual cuando viviría eso cada día que permaneciera a sus lados.

Pero, esos encantadores omegas no tenían por qué saber eso, no había razón por la cual se complicarán con las ideas en la mente de Taiju, así que podría ser una fantasía en la cual vivir mientras durarán juntos.

La fantasía de sentirse muy amado.

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—¡Tadam! Cena especial —Koko anunció, mostrando ante Taiju un plato que tenía encima un vaso de fideos instantáneos, y un huevo hervido cortado a la mitad—. No te emociones tanto, eh, solo es un platillo especial para aquellos con agendas ocupadas —el pelinegro bromeó, dejando el plato sobre las manos del otro.

BAD SAD AND MADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora