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Disfruten el capitulo💙💚❤️




El celo de los omegas solo duró unos cuatro días, poco para el usual aproximado de una semana, pero justo a tiempo para salvar a Taiju, tanto físicamente como laboralmente. En todo ese tiempo a duras penas pudo ir a su trabajo para echar una ojeada cuando iba a su casa a buscar mudas de ropa para poder dormir durante ese tiempo en el apartamento de los chicos.

Así que la mañana comenzó animada por parte de Kokonoi, y por otro lado estaba el caso de Inupi que mostraba que no todos pueden simplemente adaptarse tan rápido a la exigente vida adulta luego de pasar casi una semana entre calentura, mimos y descansos.

—Seishu, ¿ya estás listo?

—Ya casi...

Taiju chasqueó la lengua ante esa vil mentira. Los tres acordaron levantarse temprano, arreglarse e irse a sus trabajos; y aunque Taiju si se hubiese levantado a su hora, apenas y se había vestido (aunque sin corbata, sin acomodar su ropa, y mucho menos su peinado usual). Había perdido mucho tiempo arrastrando a Inupi fuera de la cama y luego se puso a secarle el cabello después de que se ducho. Debería estar molesto por la pacífica mirada del hombre que estaba de cuclillas absolutamente tranquilo, sin culpa alguna mientras Taiju se encargaba de peinar su cabello, sin embargo era difícil cuando parecía realmente disfrutarlo.

—¿Has pensado en cortarte el cabello? –Taiju peinó la cabellera con sus dedos, observando como rozaba con sus hombros.

—¿Por qué la pregunta? ¿Te gustaba más como lo tenía cuando estaba en tu pandilla?

—No me refería a eso. Ambos tienen lo suyo, no puedo decir que este estilo no me gusta, solo que tal vez el otro le conviene más a alguien que no le gusta cuidarse –Taiju comentó, ganándose un suspiro molesto de parte del rubio—. También se veía más fresco.

—¡Oh, sí! Me gustaba mucho por eso, era genial, y se sentía más ligero —Toda la energía que Inui no había tenido desde que se levantó apareció repentinamente en su voz y en la sonrisa que mostró—. ¿Sabes que me gustaba mucho? Cuando comenzó a crecer otra vez y yo sudaba. Se sentía raro cuando tocaba... —Inupi alzó el rostro tratando de buscar contacto visual, pero en vez de ello sus palabras se detuvieron al notar la cercanía de sus rostros.

Taiju sintió como si una ola de emoción lo recorriera. No estaban en un ambiente sexual siquiera, tan solo una mañana apurada para ir al trabajo, sentados en el sofá aun faltándoles mucho que hacer para estar a tiempo, con el ruido de las noticias del televisor totalmente ignorado al fondo. No había razón para tener contacto íntimo, ninguna, y aun así ambos dieron el último acercamiento para unir sus labios en un beso.

Y solo podían pensar: ¿Y ahora qué?

No estaban teniendo sexo, habían hecho muchas cosas pero siempre meramente en el acto. ¿Estaba bien que lo hicieran fuera de él? No habían acordado sobre eso. Los dos se quedaron en silencio cuando se separaron, tratando de buscar pistas de qué decir o hacer.

—¡Yo también quiero un beso! –Koko exclamó apareciendo en la entrada. El omega se acercó a ellos, y justo cuando se iba a inclinar su celular sonó, dejando su búsqueda de afecto para meterse en una llamada de negocios.

—Bien, creo que ya estás bien –Taiju palmeó la cabeza de Inupi, levantándose del sillón. Al menos se había quitado un peso de encima sintiendo que hizo mal, pero las mejillas ruborizadas de Inui y el silencio que aún guardaba mantenía algo de vergüenza aun entre ellos—. Vamos a terminar de vestirnos antes de que Koko nos regañe otra vez.

BAD SAD AND MADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora