En tiempos de tregua, no era raro encontrar en una misma población a enemigos acérrimos conviviendo en áreas comunes autonombradas neutrales.
Por supuesto que en tales lugares estaba prohibido ir armado, pero siempre había armas camufladas entre los ropajes de los asistentes.
En los salones principales de esos lugares , se trataban las treguas entre los principales gobernantes de las diferente naciones o grupos, que querían o necesitaban un tiempo de paz, ya que no solo de sangre se forma un reino y aún menos una vida.
Los hombres y mujeres que forman dichos reinos, necesitan descansar, estar con sus familias, llorar a sus muertos y porque no, celebras las nuevas vidas.
Así que no era raro encontrar los mejores géneros en los puestos de los mercados, que solían tener un poco de todo y a diferentes precios, siendo más baratos los productos frescos al final del día.
Tampoco era extraño ver todo tipo de personaje, ni de ropa, así como de religión o confesión, incluso ataviados con armaduras regias, y hasta que no eran observados desde muy cerca no podías distinguir si era hombre o mujer, pero no era su caso.
A ella podía distinguírsela desde la distancia, con un turbante sobre su cabeza, enredado entre su cabello, conteniendo una buena cantidad de brillante pelo rojo.
Su cuerpo, modelado curvilíneamente por una coraza de cuero blando de la mejor calidad, la haría una pieza difícil de herir en una pelea siempre que estuviera dotada de la maestría de la lucha.
Pero lo que le hizo palpitar rápidamente el corazón, fue un vistazo a sus verdes ojos, que brillaban como unas esmeraldas ante la visión de un adorno para el cabello.
Cuando sus labios hicieron un mohín y se dirigió a su acompañante para decirla algo, ambas rieron, pero a él se le paralizo el riego sanguíneo en un solo punto.
Incapaz de moverse...La vio marcharse, caminando sinuosamente junto a un grupo femenino
#-Que estas mirando tan embobado?
*-A ella.
Su cabeza se movió, alargando la barbilla hacia el grupo de féminas que se retiraba por el callejón lateral.
#-A cuál de ellas?
*-La que viste coraza de cuero y algodón verde.
Bulis miro en la dirección indicada y sonrió.
#-buen gusto amigo, pero con ella no se juega.
La voz tosca de su amigo, le hizo mover su cuerpo para quedar frente por frente.
*-Acaso la conoces?
#-La conozco y aprecio, es una mujer abanderada y de bandera, que aunque es afable al trato, no gusta de amoríos pasajeros, ni de tonterías románticas, así que olvida que la vistes y gasta tu tiempo con alguien a tu nivel.