IX

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Entrecerré mis ojos debido a la resplandeciente luz del sol la cual se colaba a través de mi ventana.

Extendí mi brazo hacia la mesita de noche ya que ahí se encontraba mi teléfono.

Una vez tuve el dispositivo entre mis manos, encendí la pantalla y observé la hora durante unos segundos.

9:36.

Durante un corto periodo de tiempo me quedé pensando en mis cosas cuando recordé algo importante lo cual me hizo abrir mis ojos de par en par.

Rápidamente, volví a dejar el teléfono donde anteriormente se encontraba mientras que con pasos torpes, me levanté de la cama e inmediatamente me dirigí hacia mi armario.

Escogí un atuendo simple pero un tanto elegante.

Había olvidado por completo que hoy me citaron en el parque en el cual Hange y yo estuvimos meses atrás, para hacer una sesión de fotografía a una pareja un tanto famosa.

No podía negar que estaba nerviosa, pues aquella pareja se trataba nada más y nada menos que de Mikasa Ackerman y Eren Jaeger.

Una vez lista, agarré todo lo que me hiciese falta, y salí por la puerta minutos después.

Ni si quiera pensé en desayunar, los nervios me habían ganado en esta ocasión.

Según me dijeron, la sesión sería a las 10 am.

Tenía exactamente ocho minutos para llegar allí, por lo que a pasos rápidos me dirigí hacia el lugar.

Una vez llegué, dí una gran bocanada de aire pues había llegado casi corriendo.

Me acerqué hacia mi superior pues la sesión no la haría yo sola.

–(n), has tenido suerte de llegar a la hora acordada pero para la próxima vez despiértate un poco antes–dijo mirándome de reojo.

–Discúlpeme, no volverá a suceder Señor Arlert–hablé agachando levemente mi cabeza en forma de arrepentimiento.

–Está bien, además ya te mencioné que no hace falta que me llames "señor Arlert", puedes llamarme Armin, ya estamos en confianza ¿no es así?–dijo con una leve sonrisa.

–Sí, es solo que aún no me acostumbro...Aún que lleve trabajando con usted hace más de dos meses–mencioné algo apenada.

Él simplemente asintió para segundos después carraspear indicando que la pareja ya se encontraba en el lugar.

Llevé mi vista hacia aquellos dos sujetos los cuales vestían ropa muy elegante y la cual también parecía ser cara.

Una vez nos vieron, se dirigieron hacia donde Armin y yo nos encontrábamos.

Mis manos sudaban y mi respiración se hizo más pesada.

Repetí varias veces en mi cabeza que todo iba a estar bien y que no me pusiese nerviosa.

–Señor Arlert, cuanto tiempo–dijo el castaño con una sonrisa a la vez que estrechaba su mano con la del rubio.

–Lo mismo digo, señor Jaeger–mencionó Armin.

Yo algo confundida, miré de reojo al rubio y castaño.Armin nunca me dijo que conocía a Eren y por lo que respecta, también a Mikasa.

Segundos después, Eren se acercó a mí y al igual que hizo anteriormente, estrechó su mano con la mía.

–¿A quién tengo el placer de conocer?–preguntó aún con una leve sonrisa.

–(n) Smith, señor–dije con los nervios a flor de piel.

Amor borroso | Hange Zoe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora