Amor borroso | Hange Zoe

XII

Narrador omnisciente:

Había pasado un día desde que las dos chicas se basaron.

Ninguna de las dos se atrevió a mencionar el tema, ni siquiera se atrevieron a mandarse algún simple mensaje.

Por un lado, Hange se encontraba pensando en sus acciones pasadas.

El arrepentimiento la carcomía por dentro, tenía miedo de que (n) se hubiese enfadado con ella y que decidiese que su amistad se acabase para siempre.

Flashback:

–¿Y si ahora me odia?, ¿y si no quiere verme nunca más?–dijo la castaña frustrada.

–No creo que sea eso cuatro ojos, de todas formas, evitar hablar con ella no creo que sea la mejor solución–.

Hange soltó un suspiro de cansancio dándose por vencida.

–Creo que deberías irte ya si no quieres que una tormenta te pille–dijo el azabache mirando por la ventana.

Zoe simplemente asintió y se despidió del chico, saliendo por aquella puerta como ya hizo miles de veces antes.

Fin del flashback.

Por otro lado, (n) se encontraba pensando en aquel momento tan mágico que pudo experimentar ayer por la tarde con la castaña.

Una sonrisa boba se plasmaba en su cara mientras veía como las gotas de lluvia chocaban contra la ventana.

Aún fuese verano, una tormenta decidió aparecer.

De pronto, (n) recordó que debía devolver un libro que anteriormente Levi le prestó, mientras se vestía con lo primero que vió, se culpó a si misma por ser tan olvidadiza.

Si algo le caracterizaba era su mala memoria.

El azabache dijo que no había prisa, pero (n) sabía que si dejaba que el tiempo pasase, se olvidaría por completo.

Rápidamente, cogió el libro y un paraguas para después salir de casa.

📷☕

Pov (n):

Me encontraba caminando con la vista fija al suelo en el cual gotas de agua caían por doquier.

Momentos después, pude ver como alguien iba en dirección contraria a la mía, levanté la vista y pude observar que se trataba de Hange.No llevaba paraguas por lo que de inmediato me acerqué a ella aún más y nos cubrí a los dos con aquel objeto.

Pude ver como un leve sonrojo se plasmaba en sus mejillas a la vez que su boca se encontraba entre abierta.Segundos después sacudió levemente su cabeza para luego romper el silencio.

–Quería pedirte perdón por lo de ayer...Espero que no me odies por haberlo hecho...Perdón...–se disculpó de nuevo llevando su vista hacia sus zapatos.

–No hace falta que pidas perdón, y obviamente no te odio, todo está bien–aseguré con una sonrisa.

La castaña levantó su cabeza y de inmediato soltó un suspiro de alivio.

–Entonces...¿Estamos bien?–preguntó.

–Sí, estamos bien–asentí con confíanza.

–Por cierto–comenzó a hablar–¿a donde ibas con la que está cayendo?–preguntó llevando su vista hacia el cielo.

–Quería devolver este libro a Levi, sé que si dejo que el tiempo pase se me va a olvidar, además, hace tiempo que no hablamos a si que ya que tengo la oportunidad me gustaría visitarlo–mencioné haciendo una mueca.