REIGN: Destino | Taekook | #2

"Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ"

El pelinegro tomó agua del río entre sus manos y la llevó a su rostro, lavándolo con suavidad. Se echó hacia atrás y su cabello se empapó con el agua al igual que el resto de su cuerpo. Se relajó mientras flotaba en el río y miró el cielo azul, pensando en lo hermoso que estaba el día. Chapoteó el agua con sus pies y se sentó de nuevo, sintiendo las piedras rozar sus piernas. Aquella parte del río era baja y él no era un buen nadador, así que era perfecto.

Tarareó una canción, como lo había hecho todo el rato en el que estaba lavando su cuerpo. Su voz era suave como el viento de aquella mañana, podía jurar que se quedaría dormido con el cálido sol contra su piel y el agua fresca mojando su cuerpo. Pero escuchó un ruido, una rama romperse.

Jungkook calló su canto y miró en dirección al sonido. Intentó olfatear para percibir el aroma del causante de ese sonido, pero sus sentidos estaban tan pocos desarrollados que era casi patético su intento. Temió por un momento que lo estuvieran vigilando, o peor aún, que lo estuviera vigilando algún Alfa problemático. No era bueno para zafarse de los problemas y tenía mala suerte, así que se arrastró lentamente a la orilla y salió del agua, tomando su ropa y comenzado a vestirse sin siquiera secar su cuerpo. Sus manos comenzaron a temblar al sentir la repentina pesadez en el aire, por lo que se le complicó un poco subirse los pantalones, más de lo que ya lo era por estar mojado. No se molestó en abotonar su camisa, se inclinó para tomar sus botas y casi de inmediato un lobo asomó su cuerpo oculto tras unos arbustos.

El Omega pelinegro se congeló en su lugar y su cuerpo tembló levemente. Hubo un minuto de completo silencio y luego sin más el lobo corrió a su dirección, como si fuera un león en busca de su comida.

Jungkook corrió entonces en dirección contraría con toda la rapidez que tenía, y él no era muy rápido. Sabía perfectamente que no tenía oportunidad alguna, pero aún así lo intentó, no podía solamente esperar tranquilamente a ser capturado. Maldijo en su mente al lobo, muy probablemente era uno de los Alfas que lo molestaban constantemente.

Chilló en voz alta cuando tropezó y cayó de rodillas, su vista clavándose de inmediato tras él para saber la distancia entre el lobo busca problemas y él, pero deseó no haberlo hecho. ¡La distancia era cada vez menos!

-¡No, no, no!-Gritó con miedo, arrastrándose lejos.

Elevó otro grito de sopresa y terror cuando otro lobo salió de un salto detrás de él, cayendl frente al Omega temeroso para ser su escudo. Su gruñido se elevó en el lugar e hizo temblar a Jungkook. ¿Quién era? No reconocía su pelaje dorado, no se parecía a los lobos que lo molestaban. Aunque eso no significaba que fuera a ayudarlo. Jungkook se levantó de su lugar y retrocedió un poco más, alerta.

El tamaño de los lobos era exhuberante, con tan solo un empujón Jungkook podía despedirse de sus costillas, así que intentó no hacer ruido mientras retrocedía. De forma repentina el lobo que lo molestó en primer lugar huyó. Quizá porque el lobo de pelaje dorado era un poco más grande o porque no quería problemas mayores, pero cualquiera que fuera la razón Jungkook estaba agradecido. Eso hasta que el lobo de pelaje dorado se giró a su dirección.

Jungkook era pequeño y delgado, en su forma humana parecía solo un niño desnutrido. Siempre era más pequeño que los otros Omegas de su edad, así que si los Omegas normales al lado de un Alfa en su forma lobuna se veían pequeños, el debía verse insignificante. Así se sentía. Además estaba empapado de agua y estaba temblando, por lo que debía verse patético.

Como siempre decidió que la mejor opción que tenía era huir, así que se giró con rapidez y corrió. O eso intentó al menos, pues su pié chocó con fuerza contra una roca y cayó sobre su estómago. El dolor adormeció su pie solo unos segundos antes de que palpitara de dolor. Gritó con fuerza, retorciéndose en el suelo. Maldijo en voz baja y siseó, derramando lágrimas. Luego de unos segundos levantó la mirada, encontrándose con el lobo se pelaje dorado frente a él.