"Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅᴏᴄᴇ"

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Entre mantas y el dosel a medio abrir, las ventanas cerradas y un té humeante en la mesa de noche Kim Taehyung reposaba tranquilamente en su cama. La herida hecha por encima de su corazón, justo debajo de su hombro dolía y ardía, pero el hecho de tener el brazo medio dormido por el dolor le molestaba más. Odiaba estar indefenso.

A su lado, un Jungkook sentado en la orilla de la cama sostenía su mano y observaba su rostro con atención, al pendiente de si el Alfa expresaba dolor, incomodidad o algo en lo que fuera necesaria su ayuda. Los ojos azules se encontraron con los orbes negros y la pastosa voz de Taehyung llegó a oídos de Jungkook en un tono bajo.

-Te he dicho ya que estoy bien.-Taehyung parpadeó y arqueó su ceja.-Siete veces.

-Si.-Asintió Jungkook como las últimas siete veces.-Solo quiero...

-Saber si necesito algo.-Taehyung completó, sabiéndolo ya de antemano por las últimas siete veces en que lo dijo.-No necesito nada. Has estado ahí sentado toda la noche y no me dejas descansar.

-No hago ruido siquiera.-Jungkook hizo una mueca.-Solo vigilo.

-Estas balanceándote del cansancio.-Señaló Taehyung. No era falso, ya era de madrugada y Jungkook se mantenía despierto a su lado.-No es la gran cosa.

-Pensé...-La voz de Jungkook se quebró y sus ojos se cristalizaron en lágrimas por derramar.-Que ibas a morir.

Jungkook tenía la nariz y las mejillas rojas por haber llorado en silencio toda la noche. Ver a Taehyung herido no lo hacía sentir bien en lo absoluto y recordar el porqué de sus heridas solo lo hacía sentir peor.

Los guardias habían cargado con él hasta el castillo y había sido atendido tan pronto como fué posible. A Jungkook le fué imposible dejarlo solo durante el proceso, aunque la sangre y las quejas de Taehyung le revolvieran el estómago sostuvo su mano todo el tiempo y le prometió que estaría bien a pesar de que él no lo sabía. Tuvo el pensamiento egoísta de que Taehyung no podía morir en ese momento porque entonces lo dejaría solo de nuevo.

Solo hubieron unos minutos de separación en los que Jiyook lavó a Jungkook para deshacerse de la sangre y luego le dió de beber un supresor. Desde entonces Jungkook había estado junto a Taehyung.

-Nada de eso, cariño...-Los párpados de Taehyung cayeron brevemente ante el cansancio.-Tendrás que lidiar conmigo durante muchos años más...

La idea hacia a Jungkook querer suspirar de alivio, pero el peso de la culpa se instalaba profundamente en su pecho. Quería disculparse. Disculparse por huir y haberlo puesto en una situación en la que su vida se vió amenazada. Disculparse por haber confesado una de las tormentas de su pasado que lo arrastró hasta aquel punto. Quería hacerlo, pero en el momento en el que intentó solo salió un sollozo de su boca.

Taehyung estiró su mano y ahuecó su mejilla con delicadeza. Jungkook se apoyó en su calidez sin dejar de mirarlo.

-Lo lamento...-Jungkook sollozó ante la inesperada disculpa de Taehyung.-Nunca fue mi intención asustarte. Nunca quise que presenciaras lo que hice.

-Fué mi culpa.-Casi gimió Jungkook, torturado ante los recuerdos.

-Fueron mis decisiones.-Aseguró el Alfa.-Matarlos fué mi idea. Vengarte fué mi deseo, Jungkook.-Taehyung endureció su mirada.-Y no me arrepiento. Jamás lo haré.

Un sentimiento agridulce se instaló en el pecho de Jungkook. Estaba agradecido porque Taehyung lo mantenía a salvo sin importar qué, pero el hecho de que la sangre se derramara en su nombre lo enfermaba. No porque realmente le importara que alguno de esos abusivos Alfas muriera, sino porque no era correcto matar. No era lo que un Rey debería hacer, mucho menos en su nombre.

REIGN: Destino | Taekook | #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora