REIGN: Destino | Taekook | #2

"Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ"

Jungkook estaba resignado a que su plan de ser amable para recibir algo que quisiera de parte de Taehyung se fuera al diablo. Estaba tan molesto que la ira de mil demonios no se comparaba, incluso cuando ya habían pasado tres días desde su discusión con Taehyung.

No era para menos, había estado corriendo de un lado a otro, empujado por Jiyook y un Omega nada amable llamado Kyungsoo. El estúpido Omega se ofendia con la simple presencia de Jungkook, como si lo aborreciera por solo existir. Taehyung había resaltado lo indiscutible que era que Jungkook aprendiera todo lo necesario para ser el Omega real. Desde aprender a leer hasta aprender con que cubierto comer, ¡Tan sencillo que era tomar el muslo de pollo con las manos! Todo le parecía tan ridículo a Jungkook en ese castillo que le era imposible no rodar los ojos cada ciertos minutos.

Kyungsoo no era amable con él y Jungkook lo odiaba profundamente. A pesar de que se le estaba enseñando todo lo que un Omega de la realeza debería saber, Kyungsoo no sabía que Jungkook era el Omega destinado de Taehyung. Le habían dicho que Jungkook era un pariente muy lejano que quedó huérfano hacía años. El Alfa prefería guardar tal información para el día de la presentación de Jungkook ante el pueblo, la cual según el mismo era lejana. ¿Por qué? Pues seguía repitiendo que Jungkook era aún jóven.

Sinceramente Jungkook no entendía, casi inmediatamente después de la presentación de Omegas o Alfas venía el emparejamiento, lo sabía porque siempre escuchaba en el pueblo que mientras más rápido se emparejaran Alfa y Omega más felices serían haciendo su propia familia. ¡Puras tonterías! Jungkook era feliz sin necesidad de tal cosa...A veces al menos. Pero eso no significaba nada, por el contrario le aliviaba no tener que ser oficialmente la pareja de Taehyung aún, ¡No tenía prisa! Podían ir a pasos de tortuga.

Por otro lado a pesar de que aún no era presentado como el Omega real ante el pueblo, Taehyung se encargaba de tratarlo como si fuera el Rey en el castillo desde la perspectiva de cualquiera fuera de su relación. Lo despertaba con palabras lo suficientemente cálidas como para hacerlo querer morir de vergüenza y aumentaba su odio hacia su extraña relación, lo acompañaba a cada comida e incluso tomaban el té juntos, aunque esto era idea de Taehyung para pasar más tiempo juntos puesto a que era casi escaso. Le obsequiaba joyería y siempre se encargaba de que las cocineras prepararan sus comidas favoritas sin importar la hora cuando su estómago gruñía.

Ese tipo de cosas aumentaban la ira en Jungkook, porque era obvio que Taehyung intentaba ganárselo de alguna manera, pero simplemente era incómodo. Tanto porque Taehyung era tan odioso a la hora de hacer algo por él como si fuera solo por obligación, como porque desde su discusión no habían entablado ningún tipo de conversación decente, salvo por las palabras mañaneras de Taehyung que mostraban un lado extraño de él que desaparecía con rapidez. Era un poco forzado y quizá eso era lo que más odiaba Jungkook.

Taehyung decía que no debía preocuparse por crecer y tampoco lo presentaba como su pareja ante nadie, pero seguía durmiendo con Jungkook y parecía querer construir una conexión entre ambos todo el tiempo, incluso a veces a regañadientes. Jungkook no lo entendía y tampoco quería entenderlo. Solo estaba harto.

Harto de intentar aprender algo cada día bajo los regaños de Kyungsoo. Harto de que incluso sus pasos fueran incorrectos. Harto de que Taehyung no le diera un respiro de tanta presión, incluso cuando su tiempo juntos era limitado puesto a que Jungkook estudiaba y em trabajaba en sus deberes como Rey.

-¿Podrías ya quitar esa cara?

-No quiero.-Respondió Jungkook cruzado de brazos, mirando a otro lado mientras el Alfa a su lado soltaba un gruñido.

El té de Jungkook estaba frío después de esperar tanto tiempo por su atención. Taehyung dejó su taza en la mesa.

-Tienes ya varios días con ese humor y comienza a molestarme.