"Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ vᴇintᴇ"

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Jungkook estuvo tres días en medio de la soledad, la oscuridad y el frío encerrado en una habitación tan pequeña en comparación con la que estaba acostumbrado que cas se sentía asfixiado. Se entretuvo limpiando el polvo con trapos viejos y viendo por la ventana, aunque no tenía vista del jardín o de algún lugar que lo reconfortara.

El libro por el que luchó ni siquiera le había echado un vistazo.

Estaba demasiado molesto con Taehyung por encerrarlo, no lo había visitado para disculparse ni para decirle siquiera cuanto tiempo pretendía tenerlo ahí. Estaba seguro de que ni siquiera permitía que Jiyook lo viera, pues no había visto a la mujer tampoco. Solo a aquella sirvienta que odiaba que iba cada vez que era la hora de comer y le dejaba una bandeja en el suelo antes de irse junto a una pijama nueva. Jungkook la odiaba profundamente y más de una vez deseó tirarle la bandeja encima.

Se negó a comer. Nada de lo que traía era de su agrado, o quizá solo estaba siendo demasiado orgulloso, pero no podía evitarlo. Cada día que pasaba resentía más a Taehyung y se juraba odiarlo si no aparecía pronto.

Desde su lugar en la pequeña cama miró el libro a sus pies. Se preguntó a que se referían las brujas cuando decían que no le quemaba al tocarlo. Lo tocó con sus pies, delineando su cubierta negra con sus dedos. Lo había limpiado, pero no había tenido ánimos de indagar sobre él. Cuando creyó que era el momento perfecto la puerta se abrió sin avisó y saltó para cubrirlo con su almohada pronto, fijándose en la mujer de largo cabello negro que conocía bien.

-¡Jiyook!

Jungkook corrió hacia ella y la abrazó con fuerza, inhalando su simple aroma a horneado por estar siempre en la cocina. Jiyook besó su cabeza y su frente, atacando luego sus mejillas como una madre amorosa. Jungkook la miró con alegría.

-¿Vienes a sacarme de aquí?

Jiyook hizo una mueca:-No, Jungkook...

-¿Por qué no?-Reclamó el menor.-¿Cuánto tiempo me tendrá encerrado? ¿Por qué lo hace?

-Jungkook, Taehyung está bastante molesto contigo aún.-Confesó la beta.-Ni siquiera me permite venir a verte. Tuve que suplicar para poder venir.

-¿No le haz pedido que me deje salir? ¡Esto es injusto!

-Jungkook, si quieres salir de este lío tendrás que disculparte con Taehyung.

-¿Disculparme yo? Eso es ridículo.-Jungkook se soltó de su agarre y caminó hacia la cama para sentarse.

-¿Ridículo? Jungkook, te escapaste del castillo. Taehyung te encontró en medio de una confrontación, pudiste salir herido, no solo eres un Omega, eres el Omega real ¿Entiendes lo que conlleva? ¿El peligro que corriste? A veces creo que no sabes lo vulnerable que eres.

El Omega sintió el peso de sus palabras sobre su espalda y se encorvó un poco, mirando al suelo y sintiendo como a poco a poco las secuelas de la verdad le removían el estómago.

-Aún así no debía encerrarme.

-No lo defiendo, pero tampoco a ti.-Jiyook se cruzó de brazos y suspiró.-Discúlpate y arréglenlo, no puede ser que vivan la mitad de su tiempo peleando como gatos ariscos.

-Pero yo...

-No hay "peros" que valgan. Piensa mejor en lo que harás en un futuro.

Jungkook miró a la mujer con indignación mientras salía de la habitación y se dejó caer sobre la cama con frustración. Era cierto. No debió escapar, se había puesto en peligro como casi siempre y probablemente hubiera muerto de no ser por Taehyung y aquel extraño tigre...Pero encerrarlo como a un prisionero lo hacía sentir completamente molesto. Aún así Taehyung tenía mucha más razón que él. Maldiciendo se sentó en su lugar.

REIGN: Destino | Taekook | #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora