Al Fin Te Encontré.

Capítulo 6. Tiempo de familia.

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A veces se me hace aburrido venir a trabajar pues solo no la pasamos sentados ayudando a localizar los libros desde la computadora. Buu, que flojera. El miércoles de esta semana recibí una llamada de la editorial nuevamente para presentarme con los demás que trabajan ahí. No me dieron mucha información sobre lo que haría, pero por cualquier cosa estaba preparada para el viernes.

Le pedí permiso a Diana de faltar nuevamente para asistir a la segunda entrevista, creí que se negaría, pero le dio gusto saber que de nuevo querían que me presentará a ellos.

Viernes. Me encontraba en la sala de espera junto con otras cuatro personas más para la entrevista. Estaba un poco nerviosa al escuchar hablar a un señor con mucha más experiencia que yo o que la mayoría de los que estaban esperando, la mayoría se veían jóvenes.

—Anayansi Lomelí, puede pasar –dijo una de las chicas que estaba en recepción.

—Gracias –le sonreí con amabilidad. Tomé mi bolso y lo colgué en mi hombro mientras me dirigía a la oficina. Toque la puerta tres veces y escuche el "adelante": entre y les sonreí.

—Señorita Anayansi, tome asiento por favor –me saludo alegremente uno de los señores.

Hice caso y me senté. —Hola, gracias por llamarme de nuevo.

—Nos da gusto verla de nuevo –comentó el otro señor –Vamos a decirle directamente algo, por esa razón es este llamado porque nos gusta decirlo personalmente.

Que no sean malas noticias, que no sean malas noticias, por favor. No dejaba de repetir eso en mi cabeza.

—Oh, yo creí que sería algo malo –los mire a ambos y ellos negaron.

—No. Nada de malas noticias, al contrario, queremos informarle que, a nuestro jefe y a Recursos humanos, le ha gustado su curriculum ...

Oh por Dios, ¿escuche bien? Eso es bueno ¿no?

—Aún no es oficial, pero quizá usted vaya a trabajar en esta editorial.

—Falta un proceso todavía, pero estamos seguros de que usted en muy poco tiempo trabajara aquí –añadió uno –Y bueno, los demás que están afuera quizá también para otro puesto.

Sentía que mi corazón se me saldría del pecho de la emoción.

—Y ¿Qué dice, señorita Anayansi? –me miraron.

¿Puedo gritar? No, no, no, es una oficina donde probablemente, como ellos me han dicho, vaya a trabar. Contrólate, Any.

—Vaya – rio por la nariz – Estoy en shock por saber que probablemente vaya a ser parte de la editorial. Estoy emocionada.

—Creemos que es la indicada para cualquiera de los dos puestos.

—Así es. Se nos hacía de manera informal comunicárselo por correo. Qué bueno que pudo asistir.

—No podía faltar, realmente esto es una gran oportunidad para mí y superar mi profesión –les sonreí.

 Ambos me dieron indicaciones de cuanto es lo máximo que puedo esperar respuesta por lo menos tres semanas. No es mucho tiempo, se pasará muy rápido.

Salí demasiado feliz de la oficina, quien no saldría de esa manera al saber esa noticia. Me despedí de las personas que estaban esperando y camine hacía la salida.