CAPITULO 17

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Hiroko seguía parada con la vista clavada en la de Mila, no podía creer que por arte de magia la misteriosa jovencita apareciera de la nada frente a ella.

—¿Tu eres amiga de mi hijo? un gusto mi nombre es Hiroko Katsuki —la mujer extendió su mano y Mila no dudo en ser amable y responder el saludo.

—Un gusto, Disculpe si la interrumpo y que vine sin avisar. ¿Se encuentra Yuuri? —Hiroko se quedó unos segundos en silencio sin poder apartar su mirada.

—Yuuri no se encuentra, avisó que se iba a tardar —pero Hiroko no iba a desaprovechar la oportunidad de hablar y conocer mejor a la jovencita. No quería molestar a Pichit con sus preguntas exageradas de madre sobreprotectora, así que ella misma iba a sacar todas sus dudas sobre la tal Mila.

—Qué lástima, entonces volveré en otro momento señora Katsuki —Mila fingió una sonrisa amable y giró para irse.

—¿Quieres entrar? Quizás Yuuri llegue pronto y puedas hablar con él —interrumpió Hiroko. La cabeza de Mila trabajaba de manera veloz buscando la excusa perfecta y rechazar la invitación. Pero al ver la sonrisa amable de la mujer, no le quedó de otra que aceptar.

Ambas entraron a la casa y Hiroko con su mano le dio la señal de tomar asiento en el mullido y cómodo sillón de la sala mientras ella iba a la cocina a buscar algo para que bebiera.

Mila observaba todo a su alrededor. Miraba cada detalle de la sala y podía admirar muchas fotografías donde estaba Hiroko junto a su esposo con radiantes sonrisas. Se los veía tan felices y enamorados que hizo una mueca de desagrado por lo cursi que se veían, ahora que lo pensaba nunca vio a sus padres de ese modo, ellos no solían tener esas demostraciones de afecto, pero se amaban de eso no tenía dudas.

Su mirada se detuvo en una de las fotos colgadas en la pared. Era Yuuri de pequeño. Se puso de pie y caminó hasta el cuadro, una vez cerca observó la resplandeciente sonrisa de ese niño feliz. Odió verla.

Aparte de considerarlo un estorbo para poder llegar a Víctor, le molestaba que llamara la atención de todos, hasta de su única amiga. Detestaba que toda la escuela lo viera como el dulce y amable chico que había atrapado el corazón de aquel príncipe que robaba suspiros

Mila notó que Yuuri había sido un niño con algo de sobrepeso. Por dentro se reía de su aspecto, pero no de ternura sino por burla. Luego giró un poco más la mirada y pudo ver otra fotografía de Yuuri con unos años más grande, donde ya no existían esos kilos de más. Estaba vestido con una malla que reconoció perfectamente, ya que su madre la había obligado a practicar ballet de muy niña, pero a medida que fue creciendo y por llevarle la contraria a su madre, lo había abandonado.

Rápidamente se cubrió la boca. Quería estallar de la risa por todas esas fotos, y maldijo a Sara por no acompañarla. Al menos así tendría a alguien con quien disfrutar las imágenes. Metió su mano lentamente en su bolsillo para sacar el celular y sacó algunas capturas de ese delicioso material sin que Hiroko la viera. Tomó todas las fotos que quiso y rápidamente se sentó en el sillón fingiendo que revisaba su celular hasta que sintió la presencia de la mujer.

—Toma, debes tener mucha sed. El día está demasiado caluroso —Hiroko le extendió el vaso con la bebida y luego la miró con una sonrisa llena de amabilidad que Mila por un momento se sintió asqueada.

Ya quería salir corriendo de esa casa, no estaba acostumbrada a gestos así. Su madre era una mujer muy seria y fría, jamás le dedicó una sonrisa de esa manera como lo hacía esa mujer y una vez más sintió la envidia carcomiéndole las entrañas.

Ahuyentó esos pensamientos y con mucho esfuerzo trato de sonreír.

—Muchas gracias, está todo muy delicioso, señora Katsuki —Hiroko no podía dejar de observar a Mila. Esas sonrisas amables y palabras en tono suave que soltaba la incomodaban. Sabía que no era correcto juzgar a una persona solo por esos detalles, pero no podía evitar sentir que fingía amabilidad. Así que mejor tomó otro rumbo de conversación haciéndole preguntas sobre su familia o dónde vivía, para poder formar una mejor imagen de ella.

Mi novio de mentira (VICTUURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora