CAPITULO 22

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Victor no había tenido tiempo de pensar demasiado en lo que había sucedido debido al tumulto de situaciones en las que se había metido. La repentina presencia de Yura lo había descolocado, y no solamente eso, sino que también se encontraba cabreado de que ese
depredador llamado Otabek, además de ir tras de su "novio" también iba tras de su hermanito.

Suspiró al pensar en Yuuri y cayó en cuenta de que ni siquiera se había puesto a pensar en las razones por las cuáles había terminado en la enfermería y se sintió un poco idiota, a decir verdad, él nunca se había tomado la molestia de conocer a Yuuri más allá que para cubrir su farsa y de hecho, hasta de eso dudaba. Por el rostro de preocupación de Phichit y algunas palabras sueltas que había alcanzado a escuchar, supo que algo realmente malo estaba
sucediendo, sin embargo no tenía la más mínima idea de lo que podría tratarse.

Se quedó ensimismado mirando al techo, recordando que los ojos de Yuuri siempre felices e
inquietos, esa tarde fingían. Conocía esa mirada, la conocía tan bien que pudo notar que detrás de la vergüenza por haber sido molestado por su amigo, escondía una tristeza absoluta y en ese preciso momento una idea descabellada lo agarró por sorpresa: Se imaginó a sí mismo
abrazando a Yuuri, diciéndole que todo estaría bien y eso lo asustó.

Si bien ya tenía sus sospechas de estar sintiendo algo más profundo por Yuuri, esto ya era
demasiado... Mejor dicho, era algo imposible de manejar para Victor. La sola existencia de
Yuuri empezaba a revolucionar su cabeza y su cuerpo a niveles que jamás había
experimentado y esto solamente provocó que empezara a replantearse incluso su existencia.

Se levantó de la cama y agarró su teléfono totalmente desbordado por los pensamientos y cuando ubicó el nombre de Yuuri entre sus contactos, dudó. Quería llamarlo, preguntarle si
todo estaba bien, pero antes de que sus dedos obedecieran el impulso eléctrico que enviaba su cerebro, la puerta de su habitación se abrió abruptamente.

-Vitya... ¿Vamos a jugar a algo? -Yuri entró a la habitación haciendo todo el escándalo posible. -. Vine a verte y tú te quedas encerrado en el cuarto. Me aburro mucho.

-¿Acaso sigues siendo un niño chiquito? Ya no tienes nueve años, Yura. -A pesar del tono
duro de Victor, Yuri sabía que no estaba hablando en serio.

-Por favor -se quejó con la voz aniñada que utilizaba cada vez que quería conseguir algo de su hermano mayor. -, viajé durante horas y tú solamente me ignoras. -Victor suspiró. Yura seguía siendo el mismo chico mimado.

-Nunca vas a cambiar ¿Cierto?

-Y por lo que veo, tú tampoco. ¿Quién era el chico de antes? No me digas que uno más de
tus amantes a los que les partes el corazón después de utilizarlos como juguete sexual.-

Victor se molestó por el comentario de su hermanito, pero tenía razón. ¿Cuántas veces había desechado a gente que en verdad se preocupaba por él? Con el pasar del tiempo había aprendido que era de miserables partirle el corazón a gente buena y por esa razón empezó a rodearse de personas que buscaban lo mismo que él... Personas vacías, sin alma, sin
sentimientos... sin buenas intenciones. Personas que al igual que él, solamente lo utilizaban para descargar frustraciones, ira... Para perderse en espirales de placer que los desconectaban del mundo.

-¿Ese imbécil? No me hagas reír, a ese no lo tocaría ni con la punta del zapato.-

Yuri tuvo que aguantarse la carcajada que quería escapar de su garganta.

-Entonces ¿quién es?-

Victor estuvo a punto de responder con sinceridad, pero tuvo que callarse. ¿Qué le diría? "Es el estúpido que pretende a mi novio de mentira". No podía hacer eso, ni en sus peores sueños lo
haría y de hecho recordó que ya ni siquiera tenía el derecho de llamar a Yuuri de esa manera.
El corazón de Victor se arrugó de tan solo pensar que perdía a Yuuri... Ya no tendría excusas
de estar cerca de él y supo que tenía que hacer algo urgentemente.

Mi novio de mentira (VICTUURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora