Era una tarde muy calurosa y Yuuri esperaba ansioso la llegada de sus amigas bajo un árbol que le diera algo de frescor y sombra. Miraba su reloj de forma repetitiva. Había pasado casi media hora desde la hora que acordaron para juntarse y poder ir de compras. Más que ir a comprar, pensó Yuuri, era para poder pasar más tiempo con ellas y conocerse mejor fuera de la escuela. Volvió a mirar su reloj.
Cuando creyó que ya no vendrían pudo divisar a lo lejos una cabellera roja y otra morena que a paso lento se acercaban.
Se sorprendió un poco al observarlas, nunca las había visto sin uniforme. Ambas tenían una figura suave y juvenil, de curvas no tan pronunciadas pero armoniosas en toda su extensión. La ropa que llevaban solo servía para realzar su belleza. Hacían ligeros gestos con sus rostros, riéndose de una broma entre ellas. Siguió el movimiento de sus manos y algo en el vaivén de sus caderas lo atrajo.
«¡Se ven increíbles! creo que me gustan las mujeres»
Se miró a sí mismo. Llevaba unos jeans oscuros ajustados junto a una remera blanca holgada y unas converse del mismo color. Se sentía un poco simple en comparación a ellas.
—¡Yuuri! ¿te encuentras bien? —la voz de Sara lo sacó del trance. Levantó la cabeza de sus pies para toparse de sopetón con ambas chicas mirándolo extraño. Y muy de cerca.
—¿Eh? ¡sí! —se aclaró la garganta—. ¿Nos vamos?
Los tres empezaron el recorrido al centro comercial. Mila quería comprar algunas prendas y un traje de baño, Sara un par de calzados y Yuuri… bueno, él solo las seguía con algo de miedo. No quería quedar mal ante ellas. Solía vestirse muy básicamente o de plano usar algo holgado y ya.
Su amigo siempre le decía que tenía linda figura y que aprovechara la ropa ajustada para lucirla. Pero la verdad es que nunca se encontró tan atractivo como su amigo decía y había partes de su cuerpo que no le gustaban. Ahora, mientras veía a Mila buscar entre la tienda, le pareció que necesitaba un cambio de look. Al menos para impresionar a sus amigas.
«Quizás deba hacerle caso a Pichit. Debería usar otro estilo» pensó. Luego lo llamaría para que le diera una mano con eso, pero mientras, disfrutaría de lo que quedara de este paseo.
Después de recorrer todas las casas de ropa quedaron exhaustos y decidieron buscar una cafetería para poder refrescarse. El día estaba realmente caluroso. Entraron y tomaron asiento junto a la ventana desde donde se podía apreciar a la gente pulular. Cada uno hizo su pedido y en la espera hablaron de cosas triviales, una que otra broma y hasta llegaron a tomarse una selfie de recuerdo.
Una vez que el pedido llegó, comenzaron a disfrutar de sus bebidas mientras chequeaban sus celulares.
—Yuuri, no te has comprado ni una sola prenda —levantó la mirada y sonrió.
—No te preocupes Sara. Si te soy sincero no me gustó nada de lo que vi —Mila alzó una ceja en signo de interrogación.
—¿Por qué? Casi toda la ropa de este centro es genial —no quería confesarles que era un acomplejado de su cuerpo, no aún. Por lo que intentó que su expresión no tambaleara para mostrarse seguro de sí mismo.
—Tienes razón, pero yo —¡rápido! una excusa. Un par de ojos azules se le vino a la cabeza—...pero quiero buscar algo que le guste a mi novio. Algo más… ¿sensual? —no pudo evitar el sonrojo bailando en sus mejillas. De pronto su licuado se volvió sumamente interesante y bebió un poco, evitando hacer contacto visual. Mila lo miró con una sonrisa arrogante.
—Todavía no comprendo cómo Victor se fijó en ti si vistes con ese tipo de ropa —eso lo desconcertó. Se sintió un poco incómodo ante su comentario con tan poco tacto.
Sara le dirigió una mirada de reproche por lo grosera que había sido, pero no le extrañó. La conocía a la perfección y sabía que su amiga podía ser pesada con las personas.
Prefirió quedarse en silencio, pero todavía podía sentir la incomodidad que emanaba de Yuuri.
«En fin...» dijo para sus adentros y miró hacia la ventana, buscando algo de distracción. Vaya sorpresa que se llevó.
—¡Yuuri! ¿Él de allá no es Victor? —él y Mila giraron su mirada a donde apuntaba Sara al mismo tiempo. Y efectivamente ahí estaba su novio, caminando con quien supuso Yuuri sería un amigo. Mierda, Victor realmente se ve bien.
Mila lo veía con la misma expresión atontada que el pelinegro. Se levantó abruptamente y sin decir nada salió de la cafetería. Sara lo miró confundida por la repentina actitud de su amiga, aunque en el fondo podía sentir que algo se traía entre manos.
Victor había acompañado a su mejor amigo al centro comercial para buscar nuevamente un detalle para su novio y pensaba si Chris no se cansaba de gastar su dinero en Masumi. Pero prefería no sacarse la duda ya que empezaría a decir tantas cursilerías que en cualquier momento vomitaría. Aunque, después de todo, servía para pasar tiempo con su mejor amigo y poder despejarse de su situación.
Tan metidos en su conversación iban que a penas escuchó una voz que lo llamaba por su nombre
—¡Victor!
Ambos se dieron vuelta, Quiso morirse cuando vieron de quien se trataba.
—Oye Victor, ¿no es esa Mila Babicheva? —arrugó el ceño y respondió.
—Sí. Es la amiga de mi novio —sabía que no podía recibirla con mala cara a pesar de sus ganas de desaparecer. Puso lo que él creyó era una sonrisa convincente y levantó la mano en forma de saludo. Chris lo miraba atónito—. ¿Por qué me miras así?
—Dios amigo, si que das miedo cuando pones esa cara simpática, y ni se diga cuando sonríes. Iba a contestar pero la amiga de Yuuri ya estaba demasiado cerca.
—¡Hola Victor! —se calmó un poco—, que... bueno verte por aquí
—Hola Mila ¿qué haces por aquí?
—Tomando un refresco, ah, y de compras ¿quieres acompañarme?
Se escuchó una pequeña tos.
—¡Oh! Chris disculpa no te vi —suelta una pequeña risa— ¿cómo has estado? —el rubio la miró con una ceja levantada.
—Mila, un gusto verte de nuevo. No hablamos desde tu última fiesta que, por cierto, fue una locura —la tensión inicial ya había pasado al menos para Chris y le sonreía ampliamente.
Mila no contestó y en cambio se dirigió de nuevo a Victor.
—Bueno, ¿qué dices Victor, me acompañas? —¡ni muerto!, pensó.
—Disculpa, pero nosotros tenemos cosas que hacer y además estoy con Chris.
—Amigo, por mí no te preocupes —Victor lo fulminó con la mirada y el rubio sonrió para sus adentros. Obviamente no dejaría a su amigo solo, pero quería verlo suplicando por su ayuda para sacarse a esa pesada de encima.
El celular de Victor sonó y lo sacó de su bolsillo.
Ni se te ocurra aceptar, lárgate.
Era un mensaje de Yuuri, pero no entendía nada, ¿qué quería decir?. Miró para todos lados hasta que vio por el ventanal de una cafetería a un cerdito con el ceño fruncido que lo estaba asesinando con la mirada, un dedo haciendo el dedo de cortar su cuello. Vaya, esto iba a ser bueno. Miró a Mila.
—Aceptaré la invitación, pero no me dijiste que Yuuri y Sara estaban contigo.
—¡¿No lo hice?! jaja —se rió nerviosamente—… al parecer se me olvidó.
—Chris vendrá con nosotros.
En la cafetería mientras tanto, Yuuri iba a explotar. No quería que Victor arruinara su tarde. Aunque ya no había nada que hacer puesto que el malnacido se acercaba con una sonrisa triunfante.
—Hola cariño, qué casualidad.
Yuuri pudo percibir su tono de burla y definitivamente no se iba a dejar intimidar por ese ogro. Le daría una muestra ahora mismo.
Con una sonrisa se acercó a él depositando un beso en su mejilla, tomó su mano y lo invitó a sentarse. Pero lo que venía a continuación era lo mejor.
Yuuri con una sonrisa tomó asiento en sus piernas como haría una pareja con normalidad y pasó un brazo por su espalda para sostenerse. «Si estuviera Pichit en este momento me habría sacado mínimo cien fotos» pensó el pelinegro.
Victor quedó inmovil y su cara estaba al rojo vivo, no esperó que se la devolviera de esa manera y ahí fue cuando se dio cuenta que no jugaba con cualquiera. Los demás observaban a la pareja: Chris tapó su boca para que la carcajada no saliera y sus amigas lo miraban un poco incómodas por la demostración de la pareja. Mila internamente estaba furiosa.
«¡Tendría que estar yo en ese lugar!»
—Wow, Victor, ¡¿no presentarás a esta lindura?! —Victor seguía inmovil y en silencio, no podía hablar, la actitud de su novio lo dejó en trance y de pronto Yuuri se soltó de él para ponerse de pie ofreciendo su mano al rubio.
—Hola Chris, un gusto. Mi nombre es Yuuri Katsuki y soy el novio de este sexy albino —le guiñó un ojo. Chris se volvió loco. Yuuri era un descarado, se lo había demostrado dejando a su amigo en ese estado al sentarse en sus piernas.
—Un gusto encanto, mi nombre completo es Chris Giacometti y soy el mejor amigo de Victor como ya has podido notar —una vez hechas las presentaciones los adolescentes empezaron a hablar. Sara y Chris hablaban muy animados de diferentes tipos de moda. Por otro lado Victor sin interés en la charla miraba su celular que no dejaba de caer notificaciones. Le había llegado un mensaje de una chica que quería encontrarse con él. Yuuri miró de reojo lo que el ruso leía:
«¡Hola lindura! ¿Quieres venir a mi casa? me tienes abandonada» disimulando su enojo se acercó al oído de Victor y le susurró.
—¿Qué crees que haces? me deberías prestar atención y también a la charla —el ruso lo miró con enojo y tomó a Yuuri por la cintura para alejarlo de él.
—Disculpen pero debemos irnos, tenemos asuntos que atender —había burla en su tono que claramente iba para el pelinegro, que en cualquier momento le tiraría su bebida en la cara.
—¿Debes irte tan deprisa, bebé? Que lástima, trata de arreglar ese asunto así podrías dedicarme más tiempo —lo dijo con doble sentido.
—Oh cariño perdóname pero esto me urge y no puedo esperar. Prometo que te lo voy a compensar —le dio un abrazo más frío que el polo norte.
—Me las pagarás idiota —le susurró a cambio, Chris se puso de pie y se despidió de todos.
—Un gusto Yuuri espero que podamos un día salir juntos y poder conocernos mejor —los amigos se alejaron.
Mila sentía frustración y Sara contenta de poder compartir una agradable charla con Chris sobre moda, Luego ellos también se despidieron con la promesa de volver a juntarse.
Yuuri estaba en su habitación nuevamente con Pichit, contándole los detalles de la salida con sus amigas y de su estúpido novio. Estaba muy enojado al ver cómo Victor lo dejó solo por el mensaje de una zorra. Ellos no tenían nada pero le molestaba muchísimo y eso su amigo lo notó.
—Mmm… Yuuri deberías calmarte y no prestar atención en qué hace o deja de hacer tu novio de mentira, después de todo, ustedes dos no tienen nada y él puede hacer con su vida lo que quiera.
No le había gustado nada el comentario de Pichit pero tenía mucha razón.
—Pichit, cuando está conmigo debe prestar atención solamente a mí y seguir el juego. No hablarse con cualquier zorra mientras está conmigo así arruinará todo —Pichit lo miró un rato. Conocía muy bien a su amigo y podía jurar que estaba celoso—. Es un cretino, me las pagará por dejarme.
—¿Te gusta? —Yuuri lo miró sorprendido por la pregunta.
—¡Olvídalo! ¡¿otra vez con lo mismo?! ¡¿Qué te hace pensar que me puede gustar un chico tan grosero y mujeriego?! —caminaba de un lado a otro por el cuarto mientras que Pichit lo miraba pensando en su reacción, pero decidió apartar esos pensamientos y dejar que manejara sus problemas solo.
También le contó sobre Chris, que era muy guapo pero no tanto como Victor y que por un momento sentía que le observaba el trasero. Él solo se reía de lo que Yuuri le contaba, pero algo del relato no le gustó
—Ahora dime, ¿Por qué Mila tuvo esa actitud? el que tendría que ir corriendo en busca de Victor eres tu, no ella —el pelinegro lo miró con duda. La verdad que no lo había pensado de esa manera. En ese momento estaba enojado con el maldito destino de poner a Victor cerca de ahí y no se había dado cuenta de la actitud de su amiga.
—Ahora que lo dices… quizá quiere llevarse bien con él por nuestra amistad —Pichit estaba sorprendido de lo ciego que podía ser Yuuri pero su amigo no era tan idiota sabía que con el tiempo se daría cuenta de la situación y nuevamente giardó silencio.
—Deberías prestar más atención a esas actitudes Yuuri. Zorras hay en todos lados, no lo olvides. Sabes que soy tu amigo y te adoro ¿sí? Estaré aquí para ti siempre.
Yuuri sabía que lo decía en serio. Lo adoraba con todo su corazón y le debía mucho. Le dedicó una suave sonrisa.
—Lo sé, Pichit. No te preocupes todo estará bien ya verás —se acercó para darle un cálido abrazo—. Gracias por ser mi amigo.
Pichit solo sonrió enternecido por las palabras de su amigo.GRACIAS POR LA BUENA ONDA Y EL APOYO🙌
GRACIAS POR LEER! 💕
PERDON POR LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA Y DEMAS...
ABRAZO DE OSO
1/07/2021
ESTÁS LEYENDO
Mi novio de mentira (VICTUURI)
FanficUn joven estudiante llamado Yuuri Katsuki hará CUALQUIER COSA para lograr hacer amigos y no ser un solitario perdedor en su escuela.