La clase había terminado y Víctor guardaba sus cosas para empezar el camino a casa. Se sentía molesto.
No se preocupó de buscar nuevamente a Yuuri durante el recreo ni tampoco le había enviado un mensaje de texto. Todavía no tenía claro por qué estaba de esa manera ni tampoco por qué no le agradaba que ese tal Otabek estuviera a su lado. Sabía que era su nuevo amigo y que él no tenía porque reclamar nada, pero después de la advertencia de Mila algo había cambiado en él, como si eso hubiera despertado una alerta en su mente.
Se notaba a kilómetros que ese chico buscaba todo el tiempo la oportunidad de estar cerca de Yuuri, y el único que no lo notaba era el nipón. Mila parecía tener razón cuando dijo que cuando te gusta una persona haces todo lo posible para ganarla, aún sabiendo que esa persona ya estaba comprometida con alguien más y no estaba disponible.
Desafortunadamente Victor desconocía sobre esos métodos. No entendía ya que él nunca tuvo que mover un dedo para tener la atención de una persona ni mucho menos hacer méritos para conquistarla.
Mientras caminaba recordaba las palabras de Yuuri la noche anterior, diciendo que le gustaba y que por favor se dieran la oportunidad de conocerse mejor. Sin embargo, hoy el nipón había tomado una actitud contraria a su confesión pues no tuvo ni la intención de buscarlo o siquiera mandar un mensaje de texto.
Prefirió pasar su tiempo libre con Otabek.
Caminaba sumergido en sus pensamientos hasta que escuchó su nombre a lo lejos. Cuando giró para saber de quién se trataba frunció el ceño al divisar a Yuuri corriendo. Víctor lo ignoró y siguió caminando. No tenía ganas de verlo en estos momentos, solo quería llegar a su casa y descansar. Yuuri al ser dejado de lado corrió más rápido para alcanzarlo hasta que logró alcanzarlo y lo miró con reproche.
—¡Oye! ¿Por qué no me esperas? ¿Recuerdas que debemos irnos juntos de la escuela? —el ruso seguía ignorándolo y Yuuri supo que algo sucedía.
—Oh ¿Ahora recuerdas que debemos irnos juntos? También debes acordarte de que debes pagar mi desayuno y buscarme en el recreo, pero se te olvidó porque te estabas divirtiendo con ese Otabek ¿Acaso jugaban a blancanieves y los 7 enanitos? —dijo con burla. El pelinegro dejó de caminar y Víctor hizo lo mismo, acompañando su gélida mirada azul con una expresión de puro enojo.
De pronto escuchó que Yuuri estalló en una sonora carcajada.
—Jajaja, Víctor qué cosas dices —se agarraba el estómago. No podía parar de reír. Víctor por dentro se sentía satisfecho por lograr hacer reír a Yuuri, después de todo le gustaba disfrutar de su preciosa y melodiosa risa. El ruso era pésimo haciendo chistes pero al ver a Yuuri una sonrisa cruzó su rostro, dejando atrás su ceño fruncido.
Cuando Yuuri pudo componerse logró apreciar la bella y genuina sonrisa del ruso. Sentía como su corazón latía con fuerza. Luego siguieron caminando en un cómodo silencio hasta que Víctor habló.
—¿Te gustaría venir a mi casa? Digo... debes tener hambre. Si quieres puedo preparar algo —Yuuri estaba en shock. No podía creer que Victor lo estaba invitando tan pronto a su casa, A pesar de la sorpresa le alegraba dar ese paso tan grande.
—¡Oh! No pensé que me lo propusieras tan rápido ¿Acaso quieres aprovecharte de este pobre e indefenso cerdito? —Victor se puso tenso, pero luego al ver que se trataba de una broma se relajó y le golpeó suavemente el hombro provocando una carcajada en ambos. En definitiva Yuuri lo enloquecía.
Finalmente llegaron y Victor buscó sus llaves para abrir la puerta. Cuando entraron encendió la luz y dejó sus cosas en el recibidor luego le dio una mirada a Yuuri para que entrara en confianza. El pelinegro se quedó parado en el living y con la mirada escaneaba cada rincón.
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Mi novio de mentira (VICTUURI)
FanfictionUn joven estudiante llamado Yuuri Katsuki hará CUALQUIER COSA para lograr hacer amigos y no ser un solitario perdedor en su escuela.