Te Necesito (#1) BORRADOR

2. Secretos Revelados.

Narra Rose. 

21 de Junio, 2017. 

—¿Estás muy nerviosa? —Harry me pregunta. 

Asiento y suelto un suspiro. Me paso las manos por el rostro mientras me siento en el sofá de la habitación del hospital donde se encuentra mi bebé. 

—¿Y me lo preguntas? —me quejo—. Harry, estoy muerta de miedo porque esto nunca estuvo en mis planes. No quiero pensar en cómo van a reaccionar cuando lo sepan. 

—Todo estará bien, hermosa. —Me da una sonrisa y se acerca para sentarse a mi lado. Asher se encuentra en la camilla, pero está tan entretenido con mi teléfono que no nos toma en cuenta. 

—¿De verdad lo crees? —digo bajo. 

Trago saliva. 

—No lo creo, yo estoy seguro que te irá muy bien y tus padres te van a apoyar como siempre lo hacen. 

Harry tira de mi brazo para abrazarme y cierro los ojos por breves segundos buscando la tranquilidad. 

—Gracias por apoyarme. Eres el mejor amigo que puede existir —murmuro. 

No lo observo, pero su pecho sube y baja con algo de rapidez, no le tomo importancia porque Asher me habla. 

—Mami, quiero ver Cars. —Pide en voz baja. 

Me enderezo terminando mi abrazo con Harry y me levanto dándole una leve sonrisa. 

—Claro que te pongo la película, mi amor. —Beso su frente y tomo mi teléfono para buscar la película—. ¿Te duele mucho? —le pregunto al verlo hacer un gesto. 

Mi pecho se oprime porque sé que le duele mucho, pero Asher es tan fuerte que me hace enorgullecer. 

—Solo a veces —responde. 

—Me debes decir si te duele mucho. Mami hará todo lo posible para ayudarte. 

Me observa fijamente, debajo de sus ojos ya se encuentran algunas ojeras porque no ha dormido casi nada desde que lo trajimos al hospital y aquello me está matando. Ya no hay nada de sonrojo en sus cachetes y solo se nota su piel pálida haciéndolo notar más enfermo. 

Asher levanta una de sus manos y la deja en mi mejilla, su tacto es helado, pero muy suave y dejo un beso en sus nudillos. Sus ojos grises se cristalizan y debo presionar los labios para no soltar mi sollozo. 

Mi bebé está sufriendo, pero él se está esforzando para no hacérmelo saber, aunque yo me dé cuenta de todo. Siento una mano en mi espalda baja y sé que se trata de Harry que intenta darme ánimos. 

—Estoy bien, mami —murmura. 

Quiero gritar que es una maldita mentira, pero solo le doy una sonrisa temblorosa porque ambos debemos ser fuertes. 

—Bien, aquí tienes tu película. —Le paso el teléfono—. Ahora, te vas a quedar con tu padrino porque iré a visitar a los abuelos ya que están muy preocupados. 

Asiente. 

—Los extraño —dice. 

—Ya vendrán a visitarte —le prometo. 

A los minutos salgo de la habitación para ir a la casa de mis padres y decirles toda la verdad. 

Siempre creí que este momento no llegaría. Estar frente a mis padres y que en unos minutos tengo que decirles quién es el padre de Asher, es de mis peores miedos. 

Cuando quedé embarazada todo fue caótico, no por mi familia, sino por mí misma. Escuchar como la gente me criticaba y decían que era una cualquiera porque mi hijo no tenía un padre. Fue difícil, pero mis padres siempre estuvieron conmigo, nunca me juzgaron, ni tampoco me obligaron a decir quién era el padre de mi hijo. Siempre respetaron mis decisiones y es por ello que tengo tanto miedo de decepcionarlos.