Te Necesito (#1) BORRADOR

Extra: Las Vegas

Pequeña aclaración, los personajes en este capítulo tienen las siguientes edades:

Amos: 24 años.
Rose: 18 años.
Austin: 20 años.

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Narra Amos

14 de Abril, 2012

Acomodo mi saco mientras escucho atentamente las explicaciones de uno de los gerentes sobre el nuevo proyecto. Querían que abriera otra aerolínea, pero realmente tenía mis dudas. Es un buen negocio, pero se debe de tener más claridad.

Entorno los ojos al ver como Austin juega totalmente entretenido con el lapicero, sin siquiera poner atención a la reunión. No le puedo pedir más a un chico de veinte, más si es un idiota.

Me muevo un poco para poder darle una patada bajo la mesa. Lo que recibo es su ceño fruncido y como entorna los ojos para después ponerle atención a la reunión.

Le había dicho a mi padre que no era necesario que Austin me acompañara, pero él lo quizo, ahora se debe aguantar.

—¿Qué opina señor, Maxwell? —Travis Brown me habla.

Me tomo uno segundos observando nuevamente el diseño y las condiciones para poder darle marcha al proyecto. Junto mis manos sobre la mesa y finalmente respondo.

—No voy a negar que es un buen proyecto y que me gustaría poder aceptar, pero aún tengo el problema del espacio, se necesita mucho más —Todos en la sala se encuentran en silencio y me observan fijam—. ¿Tiene alguna solución para ello?

Asiente varias veces.

—Claro que la tenemos, señor.

—Entonces lo escucho.

★★★★

15 de Abril, 2012

Resoplo por quinta vez en los diez minutos que han pasado, la voz de Austin me irrita mientras intento leer algunos documentos.

—Vamos, Amos. Debes de salir de esta habitación y divertirte un rato, ¡estamos en las Vegas! —Abre sus brazos. Su voz sale bastante chillona.

Un inmaduro.

—Te he dicho que no, puedes ir tu si quieres —respondo cansado.

Quiero terminar esto y dormir.

—Por favor, hermano, debes ir conmigo. —Me suplica con las manos juntas, pero mi respuesta sigue siendo la misma— Entonces si tu no vas, yo tampoco iré —resopla.

—No saldrás. —Me encogo de hombros.

Realmente espero que salga de la habitación y finalmente pueda terminar mi trabajo en paz, pero lo único que hace es sentarse de brazos cruzados en el sofá frente a mi.

Lo observo por unos segundos pensando que es broma, pero su postura sigue siendo la misma.

¿Por qué me tiene que hacer la vida tan difícil?

Lo único que debe hacer, es salir de aquí y dejarme en paz. Pero no, él tiene que dar batalla y salirse con la suya.

Una salida no podría salir tan mal ¿no?

Suspirando guardo las cosas y tomo mi saco.

—Está bien, iré, pero que sea la última vez —respondo despacio.

Austin se pone de pie como un resorte y se acerca para abrazarme fuerte.

—Gracias, hermano, no te arrepentirás —promete mientras me empuja fuera de la habitación.