Te Necesito (#1) BORRADOR

24. Empresa

Narra Rose

17 de Octubre, 2017.

Me remuvo al sentir caricias en mis brazos y besos en mi cuello llegando hasta mi rostro.

—Amos... —susurro soñolienta.

Deja salir una risa dándome un último beso.

—Ya me voy para la empresa.

Abro los ojos enseguida, él está muy cerca de mí rostro, ya lleva su traje y me sonríe.

—¿Qué? ¿Tan temprano? —Hago un puchero.

—Tesoro, son las 9AM —ríe.

Abro la boca sorprendida tomando su mano y viendo en su reloj, comprobando lo que me dijo.

—¿Asher?

—Calev me llamó hace un rato, lo traerán por la tarde.

Asiento despacio, aún no puedo creer que sea tan tarde, nunca me levanto a esta hora. Asher ya hubiese tomado desayuno.

Vuelvo a mirarlo y no puedo evitar recordar todo lo de anoche. Ha sido lo más especial, este hombre siempre me sorprende y lo increíble que no fue solo una vez; sino dos.

Paso mis brazos por su cuello, la sábana se baja un poco revelando la cima de mis pecho, ya que aún me encuentro desnuda. Amos no se pierde el gesto y quiero reír cuando sus ojos quedan fijos allí.

—¿No puedes quedarte por hoy? —pregunto y me acerco un poco a su rostro.

Sus ojos vuelven a mí al escucharme.

—Créeme que me encantaría, pero tengo una reunión en dos horas y no puedo faltar —murmura. Asiento comprendiendo, pero una idea llega a mi mente—. ¿Qué sucede?

—¿Te gustaría que te acompañara hoy a la empresa? Por la tarde nosotros podríamos pasar por Asher a la casa de mis padres —pregunto mientras acaricio su cabello.

—Eso sí que me sentaría bien, estoy seguro que hoy te extrañaría demasiado. —Me besa.

Movemos nuestros labios con lentitud y sus manos no demoran en estar muy cerca de mis pechos.

—Qué travieso, señor Maxwell —susurro riendo.

—Usted es la traviesa. —Me da un último beso y se aparta.

—¿Cuánto tengo? —pregunto y me siento en cama dejando que la sábana caiga.

Amos me mira con los ojos entrecerrados.

—Lo haces a propósito, ¿no? —Me encojo de hombros de forma inocente— Tienes veinte minutos, espero que te sean suficientes. Bajaré y estaré en la sala.

Río cuando camina de forma apresurada a la puerta.

—¡Son más que suficientes, cariño! —exclamo antes de que salga completamente.

Sonriendo me pongo de pie, pero dejo salir una maldición al sentir una punzada en mi parte íntima.

Maldito Amos, por eso se quería ir tan pronto de la habitación. Ya me escuchará.

Suspiro y camino hasta el baño, me doy una ducha rápida para poder buscar que me pondré. Estando lista solo me pongo algo de maquillaje y voy por mi bolsa.

Bajo las escalera con lentitud, me he puesto unos tacones bastante altos, ya que no me quiero ver tan pequeña junto a Amos. Lo encuentro en la sala con la mirada fija en su celular.

—Ya estoy lista —hablo contenta mientras dejo una de mis manos en mi cintura y giro sobre mi eje.

—Estás hermosa, Tesoro. —Me toma de las manos y me hace girar otra vez— Vamos, hoy yo voy a conducir.