POR QUE ERES MIA

capitulo 8

Los ásperos labios de Naruto pegados a los suyos la tomaron por sorpresa, en lo que iba de todos estos años Hinata se había vuelto una mujer fuerte e independiente pero se reencontró con Naruto la descolocó completamente, principalmente por la actitud tan tranquila que tomó al volver a verla, la peliazul podría jurar que en cuanto el Namikase tuviera una sola pista de su paradero no dudarían en mandar a sus hombres a buscarla para que la llevaran a la fuerza a la mansión, por ese motivo había mantenido nula toda conexión con Shion desde que salió de Japón puesto que el rubio podía contratar investigadores privados que asediaran a su prima hasta obtener el más mínimo índice de ella.

Sin conexión con Shion o alguien de su país natal no habría forma de que el ojiazul o sus hombres pudieran rastrearla, pero ahí estaba su esposo frente a ella besándola suavemente y hasta con un toque de ¿Dulzura? En un par de segundos el contacto labial se hizo más intenso al tiempo que Naruto la arrimaba hacia él tomándola de la cintura, sintió su cuerpo estrellarse con el pecho musculoso del sensual rubio y jadeó dando un ligero respingo cuando este mordió su labio inferior para adentrar su lengua a las profundidades de su boca.

El beso se intensificó haciendo que una corriente eléctrica recorriera su espalda la cercanía del ojiazul la tenía muy desorientada, pero no lo suficiente para que su razón y su sentido de alerta le indicara que si el contacto continuaba se sumergiría en aguas turbias con alta probabilidad de que ambos quedaran sin ropa.

De inmediato comenzó a forcejear intentando liberarse del agarre del rubio y por un par de segundos desplazarlo empujarlo un centímetro lejos de su cuerpo mientras intentaba regular su agitación de respiración, un delgado hilo de saliva los conectaba.

—Naru…

Antes de que pudiera concretar una palabra el rubio volvio a besarla de manera apasionada, esta vez con mas fiereza y necesidad, la pasion desbordada en ese contacto labial prevenir hacer que Hinata reaccionara empujando a rubio con mas fuerza que la ultima vez para separarse definitivamente de él, había temido por un momento el caer en sus redes pero la razón de lo que estaba sucediendo la había golpeado junto con la visión futura de lo que sería su vida si el Namikase estaba de vuelta en ella y tan solo imaginarse perder su libertad fue suficiente para que la peliazul reaccione por completo.

—Señor Namikase —dijo en tono serio diriguiendome en el asiento. —Lo que haya sucedido entre nosotros en el pasado es historia antigua así que le pido con cordialidad que por favor no vuelva a ejecutar acciones de este calibre, en estos momentos soy la secretaria de Hagoromo Otsutsuki y mi trabajo es informarle del proyecto a tratar en la junta a la que vamos, como un miembro de la mesa directiva espero que tome en serio su trabajo y no se me tire encima a la primera de cambio.

Naruto miró un tanto sorprendido a Hinata y sonrió despectivamente, así que la pequeña e inocente chica había adquirido madurez y fortaleza. Si, puede que ya no fuera una tonta soñadora esperanzada en obtener su final de cuento de hadas, incluso notó en ella más valor y carácter del que había mostrado estando a su lado, sin embargo y aunque fuera por un instante el titubeo y el temblor de su cuerpo la delato revelando de esa forma que aún le afectaba su presencia y aunque el amor que ella decía tenerle había desaparecido la atracción entre ambos era palpable.

Sin embargo ver a una Hinata capaz de oponerse con firmeza a su irresistible seducción solo hacía que tenía más ganas de capturarla, como una hermosa y frágil mariposa atrapada en la red de una araña, su esposa siempre había sido una chica sumisa y de carácter débil que fácilmente había sucumbido ante su voluntad, que ahora mismo demostraba tener carácter la hacía mucho más deseable.

Naruto no pudo evitar evocar pensamientos oscuros de los días en los que la hizo su mujer, era notable que esos tiempos no iban a volver puesto que sus intenciones no eran subyugarla si no enamorarla y que lejos de volver a ser la chica sumisa que él probablemente en su cama fuera la bella y cálida joven que grababa de sus primeros días de matrimonio.