Capitulo 11

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—"Si piensas que sigo siendo la misma Hinata que te amaba incondicionalmente estas muy equivocado, la única razón porque te quería era porque eso fue lo que se me inculcó desde chica, lo que sentí por ti nunca fue real" —declaró fríamente antes de salir de la oficina dejando al rubio pasmado.

Naruto retiró el brazo con el que había cubierto sus ojos se perdió en el techo blanco de su habitación del hotel ¿Para qué negarlo? Su ánimo estaba por los suelos luego de lo que Hinata le dijo el día anterior, trato de mostrarse indiferente frente a ella, cosa que de todas maneras no calificó puesto que comenzó de inmediato con su trabajo y al ser su esposa la asistente de Hamura no había podido verla en lo que iba del resto del día ya la salida esta no perdió tiempo en subirse al coche de Toneri e irse a quien sabe dónde.

El rubio habría querido detener a su esposa pero lo había dejado pasmado la sonrisa que ella le había dedicado al albino, esas sonrisas que únicamente le dedicaba a él al inicio de su matrimonio y que como estúpido ignoraba, ahora podía comprender un poco de cómo se había sentido Hinata.

No tenía ganas de levantarse e ir al trabajo, las palabras de la ojiluna no le habrían afectado tanto si no tuvieran cierto grado de verdad y es que reflexionando lo poco que sabía sobre Hinata, estaba enterado de que la joven estaba al tanto del matrimonio forzado desde muy temprana edad al igual que el. Pero la diferencia era que a Hinata prácticamente se lo habían inculcado pues desde pequeña había sido preparada para ser su esposa.

Sintió una leve opresión en el pecho de tan solo pensar que el amor que Hinata le había profesado años atrás no era más que un reflejo de la falsa mentalidad inculcada en la chica. No quería que su amor hacia él fuera falso cuando finalmente comenzaba a enamorarse de ella…

Bufó por lo bajo, si alguien le hubiera dicho años atrás que entraría en depresión por una mujer no le habría creído y menos aumentándole el hecho de que comenzaba a profundizar sus sentimientos por ella justo cuando la mujer no quiere verlo ni en pintura. El Karma existía y era una perra. Maldijo a quien quisiera que hubiera decidido que su historia fuera de esa manera.

Ah, realmente tenía ganas de mandar todo al carajo y quedarse en casa sin hacer nada, pero desgraciadamente no podía darse cuenta del lujo de ser tan irresponsable con su trabajo además de que se suponía que ese día iban a presentarle a su secretaria. La verdad Naruto solo quería saber qué hacer con respecto a Hinata y parecía esperar que una idea le cayera del cielo.

Y mientras esperaba a que se le prendiera el foco seguiría deprimido por un par de días más, sintiéndose más perdido que alguien que visita un estado en el que ha estado años atrás pero no recuerda la dirección de sus familiares, bueno, en esos momentos el Namikaze no se sentía tan perdido como la desesperada chica que vio llorar en la estación de autobuses intentado contactar a alguno de sus familiares, la pobre se sentía tan sola y sin saber que hacer que en el momento que entró en pánico a cualquiera le hubiera gustado reírse de no ser por la desesperación que reflejaba el rostro semioculto por sus propios cabellos mientras intentaba disimular que todo estaba bien, afortunadamente para ella uno de sus familiares, a quien no había visto en 10 años, logró reconocerla.

Al final de sus reflexiones Naruto no pudo evitar anhelar volver al pasado y corregir sus errores con Hinata ya que a esas alturas eso le costaría demasiado caro.

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Mitsuki nunca se quejaba de nada, incluso cuando Bolt solía arrastrarlo en sus travesuras, quizás la amistad surgida entre ellos se debía principalmente que ambos podían comprender muy bien por lo que estaba atravesando el otro, ninguno de los 2 conocía a su padre, pero sabían por parte de sus madres que ellos estaban en algún lado.

POR QUE ERES MIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora