POR QUE ERES MIA

Capitulo 3: El y Ella.

Había grandes diferencias en las formas en las que tanto Hinata como Naruto fueron educados pero tenían una cosa en común, no recibieron mucha atención por parte de sus padres, cosa que para ambos tuvieron distintas consecuencias con diversos resultados.

Nadie fuera de la misma familia Hyuga sabía de la aversión que Hiashi expresaba hacia su hija pese a que la pequeña en incontables ocasiones intentaba acercársele para obtener un poquito de su cariño, decir que el patriarca del clan no le prestaba atención era mentira, porque si lo hacía, pero solo para detectar los errores en su formación corrigiéndola incesables veces de forma fría si fallaba en alguna de las pruebas que las instituciones le aplicaban.

Era especialmente duro para Hinata porque su padre exigía de ella perfección, cosa imposible para la pobre niña que era ahogada en clases diversas en distintos entornos, desde literatura, caligrafía, canto, baile, cultura, cocina, defensa personal e incluso el conocimiento básico de las bellas artes muy aparte de darle la formación general de cualquier estudiante hasta el nivel preparatoria sin ir más allá, pues su padre vio necesario que ella estudiara una carrera cuando en el futuro lo único que sería lucir bien a lado de su esposo y hacerse carga del hogar.

Si bien Hinata no había estudiado para ser la heredera de la empresa y manejarlas en un futuro si tenía el conocimiento para saber el funcionamiento de una y ese suficiente era uno de los principales motivos que hacían nula la idea de un divorcio con Naruto pues eso afectaría gravemente el tratado que sus familias había hecho en el pasado y con el conocimiento de la crisis entre la alianza de las 2 corporaciones muchas otras industrias aprovecharían el momento para robarle contratos a la empresa y los inversionistas se deslindarían de la corporación ante el escándalo del divorcio pues sin la alianza se perdían fuertes sumas monetarias que sustentaran los futuros proyectos y más tarde se perderían muchos empleos.

Si bien el acuerdo entre la familia Hyuga y Namikase estipulaba que todo quedara en manos de Naruto también dictaba que específicamente en caso de que se diera un divorcio demandado por alguna de las 2 partes que tuviera fundamentos válidos contra un tribunal para llevar a cabo el acto legal se dividirían los bienes por la mitad, cosa que no era conveniente para ninguna de las 2 partes pues la empresa ya fusionada tendría que ponerse en venta y no era justo para ninguno de los 2 perder aquello que había pasado de generaciones en generaciones de su familiar

El vender la empresa era una clausula que en gran medida aseguraría que una situación como la del divorcio no se suscitará nunca pues relacionaba el valor sentimental de todo el trabajo invertido que tanto la familia Namikase como la familia Hyuga habían hecho por años y generaciones para crear y mantener a flote ambas empresas.

La educación inculcada a Hinata la obligaba a aceptar su matrimonio sin oponerse a la idea y no objetar nada al respecto, si la chica hubiera crecido en un ambiente menos frio lo más seguro es que no fuera una chica tímida y retraída, seguiría conservando su naturaleza amable y cálida pero habría tenido más valor a la hora de enfrentarse a un matrimonio sin amor.

Naruto por su parte recibió más cariño del que Hinata pudo recibir, sin embargo el trabajo continuamente distanciaba a sus padres de él, Kushina y Minato querían mucho a su hijo, pero no se dio cuenta del cambio progresivo que este fue conservar con el paso del tiempo.

Naruto había tenido que aprender valiosas lecciones por sí solo, como que, los verdaderos amigos no existen y eso por desgracia tuvo que aprenderlo a una muy temprana edad.

Nacer en cuna de oro era algo complicado, hay ciertas expectativas que la mayoría de los hijos de familias ricas deben de cumplir, se esperan grandes cosas de los herederos y en algunos se les exige perfección como fue el caso de Hinata, Naruto por su lado tuvo mucha suerte pues sus padres no eran muy exigentes pero la sociedad sí ya que al ser el hijo de un genio empresarial se tenían grandes expectativas de él.