Jueves, 11 de Mayo.
Era bastante claro que Spencer había irrumpido en nuestra fiesta.
ㅡ¿Pero que carambola es todo esto? Debo admitir que tienen unos gustos medio extraños, pero al menos invítenme ㅡpronunció, saliendo de la piscina y agitándose como perro para secarse.
Linda se había puesto de pie, confundida por tener a Spencer enfrente de nosotras y molesta por ser él el causante de salpicarnos agua con cloro.
ㅡ¡¿Qué rayos haces aquí?! ㅡLinda no tuvo el reparo de moderar su voz, pero al menos se quedó quieta guardando compostura.
ㅡVine a verte mi cupcake con pasas, claro está.
ㅡ¿Cómo entraste? ㅡMi amiga se cruzó de brazos, tomando firmeza. Más su abultado pecho sobresalió y los ojos de Spencer aunque no quisieran fueron a dar ahíㅡ. Te hice una pregunta mequetrefe.
Spencer reaccionó y algo sonrojado por ser descubierto, esbozó una gigantesca sonrisa e hizo amago de acercarse a su peligroso amor.
ㅡPor la puerta, como una persona normal ㅡdefendió, quedándose a unos pasos de distancia.
Estaba empapado, su ropa se le había pegado al cuerpo, y esa playera blanca se transparentaba lo que trajo imágenes a mi mente de cuando lo vi correr desnudo por la calle. De inmediato sacudí la cabeza, borrando el espantoso recuerdo.
Por supuesto, Linda lo había notado y no disimuló ni un poco aquel repaso que le hizo a Spencer de pies a cabeza. Si bien había algo cierto, era que Spencer no era feo y estaba un tanto segura de que Linda opinaba lo mismo; la cuestión era que ella jamás lo admitiría, aunque su mirada la delatara en ese momento.
ㅡTú de persona normal no tienes nada ㅡdijo Linda con calma, dándose la vuelta con cierta lentitud y tomando la caja de jugo para darle un trago.
ㅡBueno, mi agridulce amor, supongo que por algo estoy aquí. ㅡDe un momento a otro él acortó la distancia y la envolvió en un abrazo fuerte, pegándola a su cuerpo húmedo. Acomodó su rostro y, si yo sentí cosquillas por aquel comentario, seguro que Linda obtuvo un recorrido eléctrico por su espina dorsalㅡ: Somos el uno para el otro. Una frase muy cliché, sí, pero muy cierta para nosotros.
Mi modo fangirl se puso a brincar de emoción con el maniquí de mi lado. Me arrepentí de inmediato cuando la cabeza del sujeto 5 salió volando a la piscina. La pintura de fantasía en su rostro se corrió por su piel de plástico, quedando desfigurado.
Salí al encuentro de la cabeza del sujeto 5, no quería tocar el agua fría así que me estiré tanto como pude desde la orilla. Mis brazos eran largos pero no lo suficiente para jalar siquiera los cabellos artificiales de la cabeza flotante.
ㅡ¡Al agua, fresita!
Fue lo último que escuché antes de caer de cara a la piscina. Por la forma en la que caí, el agua entró por mi nariz y el aire se me atascó por unos segundos. Segundos desesperantes.
Manoteé y salí a la superficie, abriendo la boca para tragar oxígeno.
ㅡ¡Estás loco! ¡Yo no quería entrar al agua! ㅡGolpeé el agua como una niña haciendo berrinche.
ㅡ¿Cuál es el caso de hacer una fiesta con piscina si no entras a ella?
ㅡPor primera vez en la historia, Spencer tiene razón ㅡexclamó Linda, arqueándose de la risa.
ㅡEstá fría ㅡrecalqué, tomando ahora sí la cabeza del maniquí un poco molestaㅡ. Y no traje una toalla.
ㅡTe quejas como una anciana cuando bien puedes entrar a la casa y usar mi ropa. ㅡLinda se lamió los labios provocativamente, embarrándose los dientes del labial.
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38 Días ©
RandomAmy Brown, al igual que toda chica adolescente, anhela ciertas cosas. Su padre es un alcohólico y es hija única, no cuenta con muchos amigos pero le basta los que tiene. Linda Green, su vecina, es algo destrampada y tiene cierto recelo a los chicos...