SUE

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Fue una gran sorpresa el escuchar el nombre de Sue, me había quedado estupefacta, simplemente no sabía cómo reaccionaria a lo que que fuera que me dijera.

-¿De dónde la conoces?- repetí mi pregunta un tanto alterada.

-Es Susan Gilbert- me dijo muy confundida.

-¿Susan Gilbert?- dije en un tono muy bajo de una manera muy pensativa.

-¿Cómo acaso no la conoces?, Entonces ¿Por qué tienes un dibujo de ella?

-Es una larga historia- dije con la voz muy apresurada-solo dime ¿De dónde la conoces?

-Es Susan Gilbert, una escritora antigua, también era viajera, conocida por su romance con la muy famosa poetisa Emily Dickinson.

-¿Emily Dickinson?-dije, ya había escuchado escuchado ese nombre, nombre que por alguna razón siempre retumbó en mi mente aunque hasta este punto nunca le había puesto atención, aunque debo admitir que siempre me causo una extraña sensación de añoranza el apellido Dickinson.

-Si, Emily Dickinson la poetisa, ¿No la conocías?-dijo aún muy confundida.

-Osea si había oído su nombre y algo de su obra, pero...

-Pero... Hasta ahora no te había llamado la atención, ¿Verdad?-dijo más calmada.

-Eso...básicamente eso mismo-dije tratando de acabar la conversación.

-Bueno, no sabes de lo que te haz perdido, sus poemas son de otro mundo. Además...-se calló de manera repentina.

-¿Además?- dije intrigada.

-Nada... Solo olvídalo, mejor dime, ¿Por qué tienes un dibujo de Sue si no sabes quién es?

-Una amiga me lo regaló, simplemente eso- le respondí tratando de mantener la calma, aunque se me hacía muy difícil.

-Okay.

-Mejor hay que apresurarnos a hacer el trabajo, ¿Te parece?

-Okay- supo decir y luego se sentó en mi cama sacando sus libros.

Luego de eso iniciamos la investigación para el trabajo, teníamos que hablar sobre la "Segunda Guerra mundial", no hablamos más del tema de Sue ni del dibujo, solo nos concentramos en el trabajo, aunque cruzamos miradas un par de veces, yo seguía sin llegar a comprender que me quería transmitir a través de esas miradas, su forma fija de observar mis ojos me causaba mucha intriga, era un gran misterio, al menos para mí.

Ya habíamos avanzado bastante con el trabajo cuando de la nada se escucharon gritos abajo, mi padre había llegado, el estaba molesto porque no había conseguido el trabajo y solo gritaba que cuál pecado habíamos cometido para que todos nos saliera mal, al oírlo gritar solo supe decir:

-Creo que el trabajo ya está bastante avanzado, será mejor que continuemos otro día- le dije mientras guardaba sus libros en su mochila de manera apresurada.

-Esta bien, gracias por invitarme-me dijo con un poco de pesar en su voz, supe que sintió lastima por mi, y odiaba eso.

Bajamos las escaleras y saludé a mi padre, Kiernan igual lo hizo mientras se acercaba a la puerta, yo solo iba con la cabeza agachada por la vergüenza. Ya en la puerta nos despedimos.

La DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora