CAMBIOS

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NARRA EMILY:

-Kiernan...llegaste...ella es Sue, estaba con el grupo de chicos que te conté con los que salí hoy-le hablé a Kiernan con bastante nerviosismo.

-Hola, mucho gusto...soy Sue...-Sue le estiró la mano a Kiernan para saludarla y Kiernan se la recibió aunque se veía bastante molesta.

-Kiernan, mucho gusto -se presento ante Sue- soy la...

-Es una amiga-interrumpi a Kiernan-es mi compañera de habitación junto con Liz.

-Exacto, eso soy...-volvio a hablar Kiernan en un tono bastante molesto.

-Encantada de conocerte, me alegra mucho conocer a otra amiga de Em-dijo Sue con una pequeña sonrisa aunque se veía bastante incomoda.

-A mi igual me alegra conocerte...Sue-entro a la habitación y cerró la puerta de manera agresiva.

-¿Está bien?-me preguntó Sue.

-Si, solo...supongo que tuvo un mal día, será mejor que hable con ella, nos vemos mañana-le dije de manera paresurada y entre a la habitación mientras ella se fue.

Trate de hablar con Kiernan pero parecía molesta y no quiso hablar, solo se acostó a dormir, posteriormente llegó Liz y me platico un poco sobre su salida con Jonh, la cual estubo increíble, me confesó que él era muy lindo y atento con ella de una manera bastante genuina; yo no pude hablarle sobre mi tarde con Sue debido a que Kiernan se encontraba allí también.

En la noche volví a soñar con Sue, como ya era mi costumbre, era una parte mágica de mi vida el poder recordar mi pasado con ella, habían pasado décadas pero lo que teníamos, seguía ahí y era más real que nunca.

Al día siguiente volví a intentar el hablar con Kiernan pero ella me evito por completo, también intenté llamar a su teléfono sin éxito, no respondía ni siquiera mis mensajes, además de que trate de hablar con Liz sobre lo que ella no me había dicho de su plática con Zack, ella se portó algo esquiva con respecto a ese tema. Sentía a Liz algo rara durante el desayuno pero sabía que no podía obligarla a decirme algo para lo que no estaba lista, le pedí que me hablara sobre el tema de Zack cuando fuera que esté lista a lo que ella accedio.

Luego de desayunar le pedí a Liz que me acompañará con Sue a visitar la "Estatua de la Libertad", ella acepto mi invitación y nos pusimos en marcha a encontrarnos con Sue, la verdad no hay mucho que contar sobre ese día, fue igual de grato como el anterior, Sue y Liz arreglaron la incomodidad que tenían, me agradaba verlas llevarse bien, y mucho más gustaba el tenerlas ahí a las dos, las dos personas que más me han apoyado en cada una de mis vidas, ya sea como: Emily Franklin o Emily Dickinson.
Igual que el día anterior nos tomamos fotos, comimos algo, entre risas y platicas, Liz se la pasaba adulandome con Sue en todo momento, pareciera que le hubiese pagado para que hablara bien de mi, además de que le contaba demasiadas anécdotas mías a Sue, algunas me avergonzaban pero no me molestaba que las compartiera. Debo admitir que fue una de las mejores tardes que había tenido en mucho tiempo, el caminar y conocernos mejor fue algo mágico, inclusive Sue se había ofrecido a ayudarnos a Liz y a mi a poder conseguir apartamento en la ciudad, además de confesarme que estudiaría en la universidad de Columbia al igual que yo, y para mí sorpresa incluso estudiábamos la misma carrera, Literatura, lo cual era demasiada coincidencia aunque me hacia feliz.

Muy pronto se había hecho la noche y esta vez fuimos Liz y yo quienes acompañamos a Sue a su casa, ahí me presento formalmente a sus hermanos, ya había visto a uno pero no habíamos tenido el placer de platicar un rato, esta ves eran ellos los que contaban historias sobre Sue, sobre lo divertida y espontánea que podia llegar a ser, debo de decir que nos divertimos demasiado, luego Liz y yo simplemente regresamos a nuestro cuarto y la verdad yo esperaba que Kiernan no estuviera allí, pero para mí sorpresa, ella si estaba, ni siquiera me saludo ni a Liz, lo cual me hacía sentir realmente mal, de nuevo dormimos, la noche anterior yo había dormido en un pequeño sofa que habia en la esquina de la habitación, pero esa noche decidi que no lo haría, me acosté junto a Kiernan apresar de lo incómodo que era, el lado positivo era que cuando me acosté ella ya estaba dormida por lo que no pudo discrepar ante esto, antes de poder dormirme no podía dejar de verla dormida, estaba justo frente a mi, siendo tan bonita como siempre, pensaba en todo lo que habíamos pasado juntas y también en el como todo se estaba desmoronando y sentía que no había nada que pudiera hacer, pensaba en que sentiría si la que estuviera junto a mi fuera Sue, y en a quien preferiría tener junto a mi; era muy raro pero extrañaba a Sue, a pesar de que habíamos pasado ese día juntas, creo que simplemente extrañaba lo que alguna vez tuvimos, extrañaba las noches cuando Sue y yo nos recostabamos en mi pequeña cama y la miraba dormir, recuerdo que parecía un ángel; o cuando la convencía de seguir mis locuras como disfrazarnos de hombres para entrar a una conferencia sobre volcanes; o cuando nos encontrabamos en nuestro lugar especial; o cuando ella me daba su opinión sobre mis poemas, extrañaba esos momentos, y me dolía saber que lo más probable era que nunca vuelvan. Estaba sumergida en mis pensamientos hasta que finalmente me logré dormir luego de un debate interno, y no fue sorpresa el volver a soñar mi antigua vida, aunque está vez no fue con Sue, en realidad no fue con nadie, en mi sueño me encontraba sola en mi habitación escribiendo, sabía que estaba enferma pero no quería dejar de escribir, tenía un muy fuerte dolor en la espalda, justo debajo de la escapula, ignore el dolor hasta que note como mi vista se nublaba, eso era normal que me pasará a veces ya que padecía de iritis, pero también note como mis manos comenzaban a temblar, al igual que el resto de mi cuerpo, trate de calmarme hasta poder llegar a mi cama para descansar, tenía frío y dolor, me eche en la cama y ahí recuerdo cómo mi cuerpo comenzó a temblar de manera que yo ya no podía controlar, perdía el control de mi propio cuerpo e inclusive de mi mente, fue algo espantoso el revivir eso... y luego solo desperté, estaba asustada por el sentimiento tan atemorizante que acababa de tener, y debido a mi sobresalto termine despertando a Kiernan, la cual solo miró el como yo estaba demasiado exaltada mientras imperventilaba, además de estar empapada de sudor.

La DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora