Capitu XX •Final•

43 6 1
                                    

Decididos a traer el mismísimo infierno a la tierra, Lion y yo salimos de la gran casa en medio del bosque, la lluvia caía con gran furia, como si estuviera creando el clima más demoniaco y perfecto para la más grande masacre de nuestras vidas, por que si, íbamos a matar, no a hablar o intentar razonar, ya habíamos aguardado bastante tiempo por volver y enfrentarnos a ellos, y ya había llegado la hora, la hora decisiva, la hora donde la balanza estaba perfectamente equilibrada: vivir o morir, dos opciones, pero solo habría un resultado.

Los dos nos quedamos por un momento de píe al lado de los autos, yo dudando en si ir en ellos y Lion prendiendo un cigarro de marihuana, la lluvia caía por todo su cuerpo, dándole la postura perfecta de esos rebeldes de los años 80’s, con esa combinación de cabello cayendo sobre su rostro, su chaqueta de cuero, el maldito sabía como lucir bien, dio una calada y sostuvo el humo un poco y luego lo expulso con suavidad, entorno sus ojos en mi y asintió.

—¿Aún las guardan aquí?

De inmediato capte su pregunta —nunca salen de aquí

—Pues hoy saldrán de aquí hermano —paso la mano por su cabello llevándolo hacía atrás —si vamos a caer, que sea como los putos amos

—Podría ser peligroso, podríamos chocar

—De igual manera quizá vayamos hacia nuestra muerte, y si vamos a morir quiero que sea con estilo

Negué con la cabeza mientras esbozaba una gran sonrisa ladina remarcando mi hoyuelo, le hice una seña para que me siguiera y que de inmediato capto, sentí sus pasos tras de mi cuando estaba abriendo la puerta del garaje, moví la puerta corrediza y allí dentro, descansaban dos grandes monstruos, dos hermosos dragones a la espera de ser despertados por sus dos fieles jinetes y que mejor ocasión que esta, nos adentramos al sitio y como si estuvieran esperando por nosotros desde hace años, al encenderlas, esas dos monstruosidades rugieron majestuosamente.

Lion tomo uno de los cascos negros mate y se lo puso y luego me arrojo el otro, salimos del garaje y ni siquiera nos importo cerrar la puerta, pues eso no era una prioridad, tampoco los autos, ahora nuestra prioridad era otra, algo más importante, algo más grande

Objetivo: Acabar con los otros y recuperar a Lara y Alex

Obstáculo: No, no puede haber ninguno

La carretera estaba solitaria, solo se escuchaba el sonido de las motos, el agua y algunos truenos que nos acompañaban por el camino, poniendo el maldito ambiente perfecto para nosotros, confieso que en algún momento pensé que alguno de nosotros terminaría de cara a un árbol, pero no fue así.

Unos casi cuarenta minutos después, Lion se detuvo y por consiguiente yo imite su acción, algo confundido, pues no era como que nos hubiéramos alejado mucho de la casa, así que al ver que se despojaba de su casco, hice lo mismo y me acerque a él

—¿Qué mierdas haces?

—Hay mucho tiempo para llegar a Seattle —hablo mientras que de su boca salía vapor —huele —ordeno y eso hice —¿lo percibiste?

—¿Qué cosa? —pregunte mientras olfateaba

—Ay hermanito —dijo en forma de burla, mientras enfatizaba en la palabra “hermanito” —humanos, a eso huele, nos detuvimos a cazar, en tú estado no harás gran cosa, te mataran fácilmente y muerto no me serías de gran ayuda

—Eres insoportable…

De repente, un aroma esquisto llego hasta mis fosas nasales, dándome una bofetada de necesidad, camine hacía una casa pequeña, por una ventana bastante chica, note a dos personas ahí dentro, dos hombres que hablaban y se burlaban de como había abusado de una chica y luego la había torturado con desdén, no eran personas buenas, así que merecían morir, quizá de la misma forma que la chica, siendo torturados poco a poco.

The Others© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora