Capítulo X

33 8 2
                                    

Antes de poder salir de casa, tuve que asegurarme que mis padres ya no estuvieran para poder irme sin ninguna preocupación de dejar a Lara en casa, sola, sin vigilancia.

Una vez comprobado todo el lugar, Lion y yo salimos con rumbo al instituto.

No quería más autos, solo quería pensar, intentar hallar una maldita solución para todo el jodido caos que se estaba desatando en la ciudad, quería buscar en el más estrecho rincón de mis recuerdos porque hay comparación mía y de Lion con ellos, pero nada, no había nada a excepción de perfectos recuerdos infantiles y relacionados a asesinatos y torturas por parte de nosotros, a ello también quería encontrarle una respuesta lógica que diera razón a estas ganas de asesinar que eh tenido desde que era niño.

—¿Lion? —pronuncié en un susurro, pero fue bastante audible

—¿Eh? — el rubio disminuyo un poco sus pasos y giro a verme mientras caminaba de espaldas —ya se que soy irresistible pero adelante, dilo —mofo

—Que idiota —rodé los ojos mientras soltaba una gran bocana de aire —alguna vez te preguntaste ¿por qué somos así? Debe haber una explicación lógica para ello ¿no?

—No —dijo con simpleza —me gusta lo que soy, me gusta jugar a torturar con mis presas y creer que soy el puto amo de la muerte 

—Esto no es tan simple —proseguí —no lo hacemos solo por diversión, es como si esa necesidad de lastimar o asesinar estuviera en nuestros genes… no conocemos a nadie más como nosotros ¿verdad? ¿y si somos psicológicamente enfermos?

—Se le llama el síndrome de Amok y no, bueno si estamos psicológicamente desequilibrados, pero eso se desarrolla ¿no? Nosotros crecimos así, no nos volvimos unos locos, era nuestra necesidad y aún lo es, no somos unos enfermos mentales —se encogió de hombros y volvió a girar retomando el camino

—Eso es lo que no logro entender, si nacimos así debe ser por algo… si es por genética alguno de nuestros padres también es como nosotros

—¡Ja! —mofo —mis padres son tan cobardes que no matarían aunque su vida dependiera de ello, aunque mi vida dependiera de ello, estoy seguro que dejarían que me mataran antes de ellos matar a alguien —elevó un poco la comisura de sus labios en una simple sonrisa —y tus padres son tan dulces que parecen esos asquerosos osos de gomas

Todo eso me dejo sinfines de lagunas mentales, pues todo era cierto, nuestros padres no serian capaces de asesinar ni a un zancudo, así que quizá no sea algo de genética, o quizá ni siquiera éramos sus hijos y nuestros padres psicópatas están por ahí sin saber de nuestras existencias.

Las palabras cesaron, el silencio aumento abruptamente, pero mis pensamientos no lo hicieron, al principio solo quería saber quien ocasionaba los asesinatos y desapariciones, pero ahora… ahora tengo miles de preguntas y enigmas por resolver.

¿Quiénes son ellos?

¿Por qué Seattle?

¿Ellos son humanos?

¿Qué es Alex?

¿Nosotros somos como ellos?

¿Por qué somos así?

¿Nuestros padres, en verdad… son nuestros padres?

Cada pregunta chocaba en mi cabeza con muchísima más fuerza, sobre todo saber ¿qué es Alex? Ella es un enigma que quiero comprender, que quiero descubrir.

Seguimos caminando y a unos pocos kilómetros Lion se detuvo y ello me causo intriga, lo mire y su rostro estaba contraído, y su boca estaba semi abierta, pero sus ojos gritaban ¿no lo creo? Así que con curiosidad seguí su mirada y en verdad que era algo de no creer, era Alex quien iba de la mano con un chico, un chico de otro grupo, un chico al que quise sacarle los intestinos en ese momento.

—¿Quién es el que tiene a mi gatita? —pregunto el rubio —quiero…

—Despellejarlo—termine la frase, aunque fue en un susurro

—¿Qué harás? —pregunto Lion algo gracioso —planeaba ir yo y encargarme, pero viendo tú actitud…

—Alex no es estúpida —hable agitado —¿pero que mierda hace con él?

Cuando dije mi ultima frase, de nuevo el silencio se apodero de nosotros, pero en mi, algo más se apodero, ira, muchísima ira recorría mi cuerpo en pequeños toques eléctricos al ver que aquel chico se acerco a ella como una fiera en busca de sus labios, no entendía que era lo que sentía, era algo nuevo para mi, algo que jamás en mi vida había sentido… algo que me hacia querer matarlo, pero que también me ponía débil de una forma que no comprendía

«Maldito hechizo Travers»

Camine con determinación, ganas de matar y esa sensación extraña que sentía, camine tan rápido que deje atrás a Lion, camine tan rápido que en cuestión de minutos ya estaba al frente de ella

—¡Alex!—mi voz salió en un fuerte alarido

La chica se alejo de el un poco y su labio inferior tenía una pequeña cortada, él la había mordido, eso me hizo hervir aún más la sangre, no quería que nadie la tocara, que nadie la lastimara, eso solo lo quería hacer yo, era yo el que quería hacer que su sangre dejara su cuerpo, solo yo… nadie más.

—¿Qué quieres Gallagher? —hablo gélida y de nuevo sus ojos se tornaron más oscuros —¿que quieres ahora?

—¿qué haces aquí? —dije

—Estudio aquí por si no lo has notado —enarco una de sus cejas —si solo viniste a esto lárgate

—Eres Aidan Gallagher ¿no? —intervino el chico —yo soy Axel

El chico me extendió su mano, pero para nada fue un acto sincero y para nada yo quería tener contacto con ese imbécil, así que solo ignore su gesto y seguí con mi vista el la pelinegra

—Te necesito… Alex te necesito junto a Lion en mi casa hoy en la noche

—No —dijo —No confías en mi ¿lo olvidas?

Solté aire por la nariz en señal de enfado, camine con furia y la tome con mi mano apretando sus mejillas —¡maldita sea que te quiero en mi casa hoy!

Mi agarre se hacía mucho más fuerte, a tal punto que sus mejillas grababan mis dedos e incluso soltó un gemido de dolor, provocando una explosión de fascinación ante el dolor que emanaba su rostro, pero esa fascinación se desvaneció cuando sentí un gran puñetazo asestar en mi labio, eso hizo que soltara a la chica y viera al agresor, era ese chico, era Axel y al ver mi reacción burlona mando otro puñetazo, pero antes de golpear yo tome su brazo torciéndolo hacia atrás luego de depositar un golpe en su abdomen.

—No, eso no se hace Axel —susurre imponiendo más fuerza

—Párteme el brazo si quieres —jadeo con dolor —pero no la toques, jamás lo hagas o yo te juro que…

—¿Tú qué? —apreté más su brazo haciéndolo gritar —no te metas en donde nadie te quiere, y no amenaces cuando no eres capaz de cumplir lo que dices ¿quieres escuchar una verdadera amenaza? —él negó —bien, igual te la daré, alejate de nosotros, alejate de Alex sino quieres ser una pila de carne para perros

—Aidan suéltalo —ordeno Lion, más no hice caso —¡maldición todos te estan viendo!

—Bien lo hare —hable con fastidio —claro que lo Soltare, con gusto lo hare, pero jamás volverás a acercarte a Alex ¿entendido? —Axel asintió en llanto —perfecto, te daré una regalo de mi parte, algo para que no me olvides tan fácil y sepas que yo no juego y cumplo mis amenazas

Las venas de mi brazo se marcaron cada vez más y cada vez más, se tornaban oscuras, casi negras, pero no le di mucha importancia entonces, solo quería que no se volviera acercar a lo que me pertenece, entonces con gran fuerza gire su brazo y no me detuve hasta que este crujió y de la boca del tipo salió un gran alarido que para mis tímpanos era relajante.

—Vámonos ahora —exijí

—Ven gatita, perteneces a nosotros, no a él, no a terceros… eres nuestra ¿entendiste? —hablo Lion

—Claro —susurro Alex

Pasamos por una gran cantidad de espectadores quienes veían con terror la escena y por supuesto a mi, al pasar por su lado todos jadearon en pánico y se hicieron a un lado, me sentía como un maldito Dios ante tantos “normales” y me encantaba.

The Others© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora