Capítulo V

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—¿Estas seguro de querer hacerlo? —pregunto Lion con un leve tono de preocupación en su voz —no creo que puedas detenerte

—Estúpido Lion —sonreí casi de una forma macabra —eras tú el que quería que volviera

El no dijo nada, solo aparto su mirada de mis ojos y giro hacía ellos con una mirada retorcida y entonces dijo: —Casemos cazadores

No nos movimos, para ellos éramos sus presas, íbamos a esperar el primer golpe y luego, la presa seria la cazadora, éramos nosotros ahora los cazadores.

Uno de ellos fue el que ataco primero, abriéndose paso con gran brusquedad por encima de los otros que tenía adelante, pero yo no era su objetivo… su objetivo era Lion, el fuerte, el musculoso. Grave error, al llegar donde Lion e intentar arremeter con todo, él fue más veloz, lo tomo de su muñeca y con una fuerza descomunal estampó su cabeza contra la del otro individuo, que a los simples rayos de luna era una persona casi normal, a acepción de sus ojos, eran tan negros y tan sangrientos, sin duda no era del todo humano.

Lion se ensaño con su rostro, casi destrozándolo con su cabeza… si, era fascinante hasta que el hablo: —esto no es divertido —dejo caer su cuerpo casi inerte al piso —lo soporta, no hay dolor ni sufrimiento —lo miró con desagrado y con una fuerza brutal, le aplastó la cabeza con su pie, haciendo que sus sesos y la sangre se esparciera por doquier —carroñero inmundo

—No te confíes Lion —mire hacía una ventana por el rabillo del ojo —aún hay muchos de ellos y estos no se mueven, esto no es bueno

—Solo tienen miedo —mofo entornando la vista entre los otros dos que estaban en la puerta —solo nos tienen miedo ¿verdad? No quieren terminar como su colega, siendo una mierda inservible

El aire alrededor se estaba volviendo más denso, más frío… más muerto, no era para nada bueno, se acumulaban como hienas hambrientas afuera, esperando por nuestros cuerpos, los de afuera eran los verdaderos carroñeros, habían más en la casa y los que teníamos enfrente eran solo para distraernos, era obvio… nunca pasamos de ser las presas, siempre lo fuimos, lo note porque nunca se movieron a excepción del otro que sus impulsos lo provocaron, estábamos en grave peligro y nunca lo percate ¿pero cómo? Se suponía que yo podía percibir el peligro

Susurre —falle

—Deja de balbucear Gallagher, hay que cargarnos a estos

—Cállate Lion —le puse la mano en pecho con fuerza pare evitar que siguiera —debemos salir de este lugar ahora mismo

Él no objeto, solo se dedico a mirarme con un tenue asombro, yo jamás me equivocaba y él jamás me cuestionaba en este aspecto, Lion es la fuerza, el musculo, su naturaleza es ser un psicópata, pero yo… yo soy la mente, actuó con cuidado, soy persuasivo, aunque me dominen mis instintos impulsivos, mi naturaleza intuitiva jamás me fallaba, nunca me había puesto en peligro.

—¿Qué hacemos? —preguntó él

—Ellos no se moverán de ahí y afuera hay más esperando a que salgamos por ahí —señale la ventana —debemos matarlos

Él tipo de ojos colór avellana me miro con malicia y entre risas hablo —los mataras tú, yo ya me cargue a este —dio una dura patada al cuerpo inerte de aquel hombre —si no hay dolor no me interesa, si no suplica por que lo mate rápido no lo disfruto… además eres tú el que no a matado a alguien desde hace tres años ¿no?

No iba a objetar, no me iba a quedar discutiendo en aquella cocina para que nos matarán, no podía discutir quien de los dos lo iba hacer, así que sin chistar, sin apelar, sin dudar me fui encima de uno de ellos, claro yo estaba un poco oxidado, pero con cada golpe, disfrutaba lastimar, disfrutaba sentir sangre ajena a la mía recorrer mis manos.

The Others© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora