𝐃𝐢𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐚 𝐮𝐧 𝐜𝐚𝐦𝐩𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐢ñ𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥𝐞𝐬

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No dejaba de repetir aquellas imágenes en mi cabeza de hace varias semanas

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No dejaba de repetir aquellas imágenes en mi cabeza de hace varias semanas. El sonido de los gruñidos de aquella cosa que era la señora Dodds, la imagen de esta siendo mutilada por mí en un intento de sobrevivir, el sentir de la pluma que se había convertido en una maldita espada, nada de eso pude apartarlo de mi mente. No sabía lo que pasó y aún me cuestionaba si realmente había pasado todo eso. Pues tras correr hacia el autobús, nadie parecía tener recuerdo alguno sobre ella y encima el señor Brunner me había quitado aquellapluma-espada o lo que sea que fuese. Esto sin duda alguna había sobrepasado cualquier locura de años anteriores.

     Nada en este momento me resultaba lógico y justo ahora me encontraba directamente haciendo mis últimos exámenes del año. Más específicamente el de la profesora que supuestamente teníamos desde Navidad cuando nuestra primera maestra le había dado un ataque nervioso. La señorita Kerr era alta y rubia, con una supuesta sonrisa alegre que parecía normal para todos pero para mí me traía mal espina.

— Señor Jackson, ¿se encuentra bien?— me pregunta la maestra—Solo le quedan diez minutos para concluir su examen.

     Asentí algo aturdido para después volver mi mirada hacia el examen. Mientras resolvía cada problema que me faltaba, o paraba de parpadear intentando evitar dormir. No solo no podía dormir por lo que ocurrió, sino que también he estado teniendo sueños muy raros. En unos un caballo y un águila se enfrascaban en un combate mientras otras veces simplemente observaba a una ciudad en completo pánico debido a una tormenta de las que se han avisado últimamente.

     Justo cuando estaba por terminar noto como Grover, que se ubicaba en la segunda fila se incorporaba con sus muletas y caminaba hasta el escritorio para entregar su examen. Puede que todos puedan decir con seguridad que no conocían a la señora Dodds pero Grover era otra historia. Sabía que algo me ocultaba, tal vez no estaba loco y lo que recuerdo que paso no fue producto de mi cabeza. Cada vez que sacaba el tema, Grover vacilaba por unos instantes antes de contestarme lo mismo que todos.

     Me levanté, tome mi mochila y entregué mi examen completado antes de salir deprisa hacia la puerta para poder alcanzarlo. Lo vi y caminé rápidamente hacia el hasta que lo agarré por el brazo y lo detuve un tanto brusco. SDu expresión pasó a ser una de preocupación y podría decir que algo de miedo.

—Está bien, ya fue suficiente, dime la verdad. —le dije mirándolo seria y directamente a sus ojos.

— ¿P-Pero de que...?—me iba diciendo.

—Tú sabes de lo que estoy hablando, maldición. Ambos sabemos que había una señora Dodds. No Kerr, Dodds. Y que estuvo enseñando desde Navidad.

—Solo h-hemos tenido a l-la profesora Kerr.

— ¡Ya deja de mentirme! Puede que no te conozca mucho pero identifico cuando me engañan, así que di la verdad. —respondí más enojado mientras lo arrinconaba contra un casillero.

𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐂𝐑𝐎𝐍𝐎𝐒: El Ladrón del RayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora